Incertidumbre y Esperanza: Venezuela en la Encrucijada Económica de 2024

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Imagen: AlbertoNews

Por: María Eugenia García y Jesús Martínez

Caracas, 25 de enero de 2024

Los puntos de vista aquí expresados son propiedad exclusiva de los entrevistados y no necesariamente reflejan la opinión de Ceteris Paribus.

Ha pasado casi un mes desde que el telón de 2023 cayó finalmente sobre la economía venezolana, dejando a su paso una estela de luchas y adversidades. Las cifras de 2023 revelan la magnitud de la tormenta que aún asola a la economía venezolana. Por un lado, una inflación de 189%, según el Banco Central de Venezuela que, si bien es menor a la de la época hiperinflacionaria, aún se mantiene en el top 3 a nivel mundial. Por otra parte, el país navegó un año turbulento que puso freno de mano al relativo auge vivido en 2022, desplomando el consumo y desvaneciendo la idea del “Venezuela se arregló» en el que, a pesar de las afirmaciones que señalan un crecimiento superior al 5%, estimaciones más conservadoras sitúan el aumento del PIB entre un modesto 1% a 2%. Mientras tanto, la depreciación del bolívar frente al dólar alcanzó un considerable 104% aunque mantuvo cierta estabilidad producto de la intensa actividad en el mercado cambiario. 

Quizá la nota positiva más resaltante del 2023 la representó la relajación de sanciones autorizada por Estados Unidos, la cual permitió no solo impulsar el mercado petrolero y ganar ciertas cotas de producción y exportación de crudo, sino apuntalar unos ingresos fiscales sumamente mermados. Pero la historia venezolana no es solo de números; es también un relato humano marcado por los retos diarios de su población. Las condiciones de vida precarias, la migración masiva, la pérdida de la capacidad adquisitiva y la falta de acceso a servicios básicos han dejado cicatrices profundas que agregan una capa adicional de complejidad a la ecuación económica que a su vez inhiben las condiciones básicas para una vida digna.

En este contexto, queda en evidencia que Venezuela enfrenta hoy una encrucijada que requiere respuestas audaces en medio de un sistema en crisis. Ahora, en el horizonte del 2024, Venezuela va de frente al desafío de transformar este panorama adverso en una oportunidad de recuperación económica.

Por otra parte, el año 2024 se presenta como un período crucial por ser un periodo de profunda evaluación de las políticas y estrategias necesarias para impulsar la recuperación, además de ser un año de elecciones presidenciales. La gestión de la inflación, el impulso del crecimiento económico, la reactivación de la industria petrolera, la recuperación del ingreso y la estabilización de la moneda se convierten en tareas ineludibles para cualquier estrategia de desarrollo sostenible. Sin embargo, en medio de un contexto global marcado por la incertidumbre económica y las complejidades inherentes a la política interna ¿Se puede vislumbrar la luz al final del túnel para la economía venezolana en 2024? ¿O el país se verá arrastrado por tensiones que limitan sus posibilidades de recuperación?

Con el objetivo de responder a estas y otras interrogantes, en las próximas secciones, nos adentraremos en los retos que enfrenta Venezuela de la mano de 4 reconocidos expertos que han sido consultados por Ceteris Paribus para brindar sus perspectivas sobre el futuro económico de Venezuela en 2024. Sus opiniones nos han arrojado luz sobre los escenarios posibles de la economía venezolana en este año que recién empieza en ámbitos que van desde el contexto macroeconómico, pasando por la política monetaria y fiscal hasta la economía internacional con el fin de proporcionar una visión general de los desafíos y las oportunidades que enfrenta el país en su búsqueda por alcanzar la ansiada estabilidad económica.

Contexto macroeconómico: ¿Venezuela crecerá en 2024?

Aarón Olmos

Economista de la UCV, especialista en Finanzas de Empresas y con un Magíster en Gerencia Empresarial. Cursando un Doctorado en Gerencia. Es profesor en el IESA y pertenece al Centro de Finanzas. Se dedica a la investigación universitaria y es consultor empresarial en Economía Digital y Criptoactivos. Estudia las implicaciones de la economía digital en la sociedad, economía, empresas y relaciones económicas y productivas.

Venezuela cierra el año 2023 con una economía con bajo crecimiento, según expertos. Se prevé que Venezuela haya crecido en torno al 1-2%. En su opinión ¿Cómo le fue a la economía venezolana en 2023 y cuáles son sus previsiones respecto al crecimiento económico para este 2024? ¿Tendrá la economía un mejor desempeño que el 2023?

Primero que todo es importante puntualizar que al cierre de 2023 todavía no tenemos información oficial de la Gerencia de Estadísticas del Banco Central de Venezuela (BCV) del dato del PIB que, como bien sabemos, siempre presenta rezagos y en algunos casos hasta ni se publica. Entonces ¿qué conocemos? Recordemos el índice de actividad económica publicado por el Observatorio Venezolano de Finanzas hace unos meses atrás que son los únicos datos que tenemos sobre PIB generados en Venezuela, los cuales para el primer y segundo trimestre del año 2023 nos hablaban de unas variaciones negativas del índice de actividad económica dando como resultado un primer semestre que cerraba en negativo por el orden del 7% de contracción y un tercer trimestre que tenía una variación positiva del 2,4% y no tenemos el conocimiento todavía del cuarto trimestre que, para poder cerrar 2023 con un saldo positivo, el efecto de la variación de la actividad económica del cuarto trimestre tendría que ser lo suficientemente fuerte como para contrarrestar el efecto de los 2 primeros trimestres y sumarse a ese 2,4% del tercer trimestre. Por eso, de haber crecido la economía venezolana en 2023, desde mi humilde punto de vista, este crecimiento estaría alrededor del 1%-1,5% a lo sumo. 

Estimo esto ya que recordemos que la estrategia del Black Friday no necesariamente tuvo el efecto que se estaba buscando a nivel de los centros comerciales. Además, recordemos que el presidente de Consecomercio en días recientes decía que la actividad comercial que ellos miden a través de todos sus agremiados comparado 2023 con 2022 lejos de crecer decreció un 5% y quizás esto nos habla de un resultado no tan favorable de la economía venezolana como un todo y, por otra parte, recordemos que para que esto pueda moverse en los mejores términos a nivel de consumo, a nivel de compra de bienes y servicios está la variable ingreso y ya tenemos más de 660 días que el salario no crece, o sea, no se actualiza, no se aumenta, lo que ha afectado negativamente la capacidad de compra, la capacidad de ahorro y la capacidad de inversión del venezolano. 

Básicamente el salario que se tiene es exiguo, es pírrico, no es suficiente, no permite cubrir las necesidades básicas y fundamentales y, precisamente, ese es el escenario con el que cerramos 2023. Las proyecciones que había del Fondo Monetario, del Banco Mundial a inicios de año en términos del PIB situaban el crecimiento de la economía al cierre del ejercicio por el orden del 4 o 3% y pues todavía hace falta ver esos datos oficiales para validar si efectivamente se logró o no se logró aunque lo veo complejo. En este escenario entonces tenemos un inicio del 2024 recordando que el 18 de octubre del año pasado se dio este alivio de 5 sanciones de las más de 900 y tantas que contabiliza el Ejecutivo Nacional en diferentes áreas, tres vinculadas a minería, gas y petróleo y dos vinculadas a actividades económicas y financieras junto con el BCV y Banco de Venezuela que, en definitiva, hacen ver que posiblemente el año 2024, será positivo, siendo este un año electoral; teniendo ya un presupuesto aprobado para 2024 con un 77,50% orientado al gasto social donde, en teoría, según comentarios de algún diputado de la Asamblea Nacional se presenta un incremento salarial del 10% al 15% en bolívares de esos 3,60 y tantos dólares que tenemos allí de salario mínimo; con la expectativa que se está generando alrededor de los acuerdos que se puedan estar firmando con empresas europeas a nivel gasífero, minero y petrolero, etc. 

Bueno pues la expectativa que se tiene en función de lo conocido es que posiblemente 2024, si se siguen los acuerdos de Barbados y los puntos que hay allí y se habla del cronograma electoral para el segundo semestre 2024 y de seguirse entonces este proceso de liberación de personas que estaban presas de parte y parte y se habilitan una cantidad de personajes pues políticos y figuras para poderse medir en una justa electoral, es posible que estos acuerdos de la mano de lo económico y lo político permitan que la economía del año 2024 pueda tener un comportamiento muy diferente a lo que ha sido 2023, pero siempre sujeto al tema político y geopolítico de lo que se ha fijado dentro de estas mesas de negociación en estos acuerdos.

¿Cuáles serán los sectores que presentarán un mayor crecimiento económico y cuáles podrían quedar rezagados o pasar a un segundo plano?

Otra vez, todo esto depende de la conexión que tengamos con el tema del alivio de las sanciones, los sectores económicos que están detrás y los eslabonamientos que se puedan generar alrededor de estas industrias. Vamos a recordar, petróleo, minería y gas. Entonces, evidentemente el sector petrolero tendría que ser uno que, de mantenerse esta tendencia de liberación, de flexibilización, de apertura, pudiese manifestar niveles de crecimiento importantes desde el punto de vista de la producción. Sobre todo esta promesa de lograr un incremento de barriles/día de producción al millón de barriles.

Ya ha pasado un año de la nueva gestión del Presidente de PDVSA y no se ha logrado. Persisten algunos problemas técnicos y productivos en las refinerías como incendios y toda esta cantidad de cosas que sigue ocurriendo en Venezuela. Sin embargo, los sectores económicos que pudiesen crecer de mantenerse, nuevamente lo digo, este esquema de liberación de sanciones y de apertura y de firma de acuerdos internacionales estarían principalmente ligados a estas actividades.

En un segundo nivel, tendríamos los sectores de comercio y los servicios, transporte, servicios de comunicación, educación, que siguen creciendo en términos de precios principalmente y eso, efectivamente, lo vemos a través del comportamiento del año 2023 de lo que son los los rubros que algunas empresas que hacen sus análisis de la economía venezolana, como pudiese ser el CENDA o el mismo Observatorio Venezolano de Finanzas, Ecoanalítica, Datanálisis, etc., bueno pues nos muestran a partir de su estructura de composición de una canasta básica alimentaria promedio. Cuando vemos todos esos rubros típicamente el comportamiento que observamos, dejando fuera los tres sectores que mencioné originalmente, nos señala que telecomunicaciones, servicios, alimentos, bebidas, transporte, calzado son los que típicamente tienden a mostrar ciertos niveles de pico de crecimiento durante el año por la propia actividad económica y los ciclos económicos que presenta la economía venezolana.

Ahora, ¿cuáles pudiesen quedar rezagados? Servicios del gobierno, por ejemplo, el sector financiero, dependiendo de si se mueve la economía se va a mover también, entonces pudiésemos meterlo dentro del sector que pueda crecer o no. Posiblemente el sector salud que es uno de los que ha mostrado cierta cierta debilidad y esto es importante verlo porque el venezolano, dada la precariedad del salario, no necesariamente asiste o se muestra interesado en acercarse a los servicios de salud como antes y eso es algo que el año pasado, recuerdo, en esta Expomédica que hubo y que invitaron a profesores del IESA, y tuve el honor de estar por allí conversando sobre análisis del entorno económico, nos hacían ver el Presidente de la Cámara de la Industria Farmacéutica (CIFAR) y el Presidente de la Asociación Venezolana de Clínicas y Hospitales que daban unas cifras bastante alarmantes de cómo, de alguna manera, los servicios hacia el área de la salud han comenzado a tener una situación de merma, o sea, una disminución notable que preocupa. Entonces eso te habla de que el venezolano está decidiendo no atenderse, no comprar el medicamento y eso tú lo ves en el indicador del sector salud que por lo menos el Observatorio calcula. Allí tú ves cómo con el paso de los meses no necesariamente se modifica en términos de crecimiento.

Política Fiscal: ¿Nos alcanza el presupuesto?

Marcos Morales

Economista UCV, Máster en Economía Política por la Universidad de Boston. Profesor adjunto de la Universidad Metropolitana y ex profesor UCV. Consultor Internacional en Organismos Multilaterales (BID, Banco Mundial). Experiencia en el sector público venezolano: Jefe Oficina Central de Presupuesto (OCEPRE), Director General de Planificación de Corto Plazo y Director Planificación del Empleo, Producción y Precios (CORDIPLAN). Asesor Económico Negociación Venezuela en el GATT (Ministerio de Relaciones Exteriores).

El gobierno venezolano presentó en diciembre ante el Parlamento un presupuesto para 2024 de Bs. 729.948 millones, lo que supera ampliamente los Bs. 170.703 millones planteados en 2023, significando un salto de 328% con respecto al año pasado. La vicepresidenta de la República, Delcy Rodríguez destacó que el 77,44% del presupuesto estará destinado a la llamada inversión social. En este sentido, nos gustaría saber: ¿Qué podemos prever a nivel de políticas públicas y gasto público en este año 2024 y cuál podría ser su impacto? 

Si nosotros tomamos en cuenta lo que dicen las estadísticas que tienen más confianza que son las que publica el Fondo Monetario Internacional ya que, lamentablemente el Gobierno no ofrece mucha información sobre, por ejemplo, cuál es el PIB nominal, entonces no podemos saber cuál es el impacto macroeconómico que puede tener el presupuesto, pero asumiendo, en las últimas estadísticas que tiene el Fondo Monetario sobre Venezuela, nos señala que en el 2022 el gasto público del Gobierno General, que incluye a la República e incluye también los entes descentralizados financiados y empresas públicas, eso apenas representa el 12% del PIB, o sea, el gasto que se hizo en 2022 era del 12% del PIB y en el 2023 a lo mejor continuó en ese 12%.

Bueno, esa cifra de 12% es una cifra muy baja. Primero, muy baja comparado con los parámetros latinoamericanos. Aproximadamente en Latinoamérica, el gasto público está por el orden del 28 o 27% del PIB. Si Venezuela está en 12% eso es un gasto público demasiado bajo. Fíjate que, en Venezuela, en el año 2011, el gasto público era aproximadamente 39% del PIB, o sea casi 40% del PIB y ahora queda en el 12, pero además no es eso, sino que en 2011 era 40% de un PIB mucho más grande que era de 316.000 millones de dólares. Ahora este es un 12% de un PIB muy pequeño de apenas 92.000 millones de dólares. O sea que la producción de bienes y servicios públicos es pírrica ¿eso qué significa? que los salarios que está pagando el sector público todavía son muy bajos y los bienes y servicios que ofrecen muy escasos. Entonces, por supuesto, habría que ver si es que el peso del presupuesto de todo el sector público sigue siendo 12%.

Ahora, hay que puntualizar algo importante. El presupuesto de la República es una parte del presupuesto general del Gobierno. Generalmente, la República casi no ejecuta gasto público porque quien lo hace es PDVSA que no entra en el presupuesto de la República, sino que tiene su propio presupuesto, y entonces a través del presupuesto de PDVSA se financian la mayoría de los entes públicos, fundaciones, todas esas misiones son financiadas por PDVSA, no por la República. Eso fue un diseño ex profeso en donde a la República se le quitaron esas funciones. Se crearon fondos paralelos al Gobierno Nacional que fueron financiados por FONDEN y por PDVSA. Entonces bueno allí hay que tener en cuenta el presupuesto de PDVSA, que se desconoce, entonces allí se hace un poco complejo ver realmente el alcance del gasto público.

Ahora bien, si el gasto público quiere tener algún impacto sobre el bienestar de la sociedad, es decir, que los programas y proyectos públicos generen algún nivel de bienestar, se debe esperar que el gasto público sea superior al 12% del PIB. Estimo que debe ser 20, 25%, o sea, algo que logre recuperar la producción de bienes y servicios públicos, pero con ese presupuesto que están poniendo allí, aunque dijéramos que fuera efectivamente de 20.000 millones de dólares, porque todo depende del tipo de cambio, bueno, no sería más allá del 18 o 17% del PIB en dólares del año 2024.

Si a lo mejor subió del 12 al 18% el gasto público diremos que está bien, pero si está mejorando la producción de bienes y servicios públicos, pero no lo sabemos porque esa información de cuánto fue el gasto público en el 2023 no la conocemos. Solamente conocemos el presupuesto de la República, pero como mencioné el presupuesto de la República no es un indicador para evaluar las políticas públicas porque la mayor parte de los gastos vienen financiados a través de PDVSA.

Dado que no se ofrecieron detalles sobre las fuentes de ingresos que sustentarán esta expansión presupuestaria ¿cuáles son sus impresiones respecto a este asunto? ¿será sostenible este nivel de gasto o, en cambio, se recurrirá a endeudamiento o monetización del déficit?

Sobre el financiamiento del gasto público o del déficit fiscal, en este caso, si nosotros evaluamos en 2023 el financiamiento monetario, observamos algo interesante. Al revisar la base monetaria nos damos cuenta que sí, que el Gobierno Central aumentó aproximadamente en un 127% el financiamiento monetario, de unos 5.000 millones o 6.000 millones de bolívares pasó a 13.000 millones de bolívares.

Eso es aproximadamente 2% del presupuesto, pero ocurrió algo extraño en 2023 y es que el financiamiento monetario del BCV a PDVSA disminuyó en 49% cuestión que por primera vez ocurre, eso es sin duda contractivo, aunque ciertamente eso se equilibró en cierto grado con una baja en el patrimonio del Banco Central en aproximadamente 56%, pero no sabemos realmente porque PDVSA siempre tenía unos aumentos muy exagerados de financiamiento, hablamos de 10, 20 veces más que el financiamiento de la República, lo que pasa es que 2023 se comportó como si PDVSA hubiera tenido un ahorro y logró pagar la deuda con el BCV, pero no creo eso porque el BCV está disminuyendo su patrimonio.

Por otro lado, el BCV emitió para tratar de controlar el tipo de cambio los instrumentos monetarios en dólares y estos se duplicaron. Entonces eso logró mantener más o menos el tipo de cambio y la inflación que según el Banco Central fue de 104% y 200% respectivamente. Por eso hubo una apreciación del tipo de cambio real. Cabe resaltar que los proyectos que aparecen en la Ley de Presupuesto no son el total del presupuesto de esas instituciones que aparecen allí. Ese es el presupuesto que les otorga la República. Después muchas de esas instituciones reciben recursos de algunos fondos como el FONDEN, si es que todavía tiene recursos, y PDVSA que sí puede transferir recursos a estos fondos. Para poner un ejemplo, en 2011, en un solo año PDVSA les transfirió a esos fondos 50.000 millones de dólares, o sea el presupuesto de la República era nada. El presupuesto que ejecutaba PDVSA y los fondos eran la mayor parte de los recursos.

Entonces, respecto a la cuestión de si va a haber mayor endeudamiento o monetización del déficit eso aún no se sabe con certeza, o sea yo creo que en el año 2024 si las negociaciones con Estados Unidos van bien, dándose facilidades de producción y exportación, y el nivel de producción de petróleo aumenta de 700.000 a un millón de barriles, que se puede lograr si es que hay los acuerdos, pues eso podría dar un fuerte impacto al gasto público. De hecho, bajo la hipótesis de que aumentaran las exportaciones, estimo que eso pudiera generar unos 12, 15 o 20.000 millones de dólares más a Venezuela lo cual sería un impacto bien significativo, pero cuidado, eso no tiene que ver con el presupuesto aprobado, eso tiene que ver con los escenarios posibles y ese presupuesto aprobado, no es el que se ejecuta.

Por ejemplo, el presupuesto ejecutado en 2023, no fue el presupuesto aprobado de 170.000 millones ¿qué pasa allí? Si se quiere que el presupuesto sea de 729.948 millones de bolívares en 2024 entonces hay que solicitar créditos adicionales. Ahora, si entran más recursos no hay ningún problema porque si hay recursos externos, el Gobierno puede solicitar actualización de gastos a la Asamblea y la AN tiene la justificación de que hay más ingresos fiscales para aumentar el gasto público.

Política monetaria y tipo de cambio: ¿Incertidumbre inflacionaria y cambiaria?

Luis Oliveros

Economista egresado de la Universidad Central de Venezuela, máster en Gerencia Financiera, con especializaciones en Política y Comercio Petrolero y Finanzas Internacionales, así como docente en su alma máter y en la Universidad Metropolitana ubicada en Caracas. Es columnista en el periódico El Nacional desde donde se dedica al análisis de temas económicos de actualidad.

Si bien se vio en 2023 una desaceleración de la inflación, comparada con 2021 y 2022 aún los trabajadores sufren la aguda merma de su poder adquisitivo como resultado de bajos salarios y precios crecientes. Considerando que en este 2024 se espera un importante incremento del gasto público por ser año electoral ¿Cuáles son sus estimaciones con respecto a la variación de la inflación para este nuevo año?

Hay varios escenarios. Mi escenario base es una inflación de 150%, aquí estoy partiendo del hecho de que esa disciplina fiscal que ha llevado el gobierno estos últimos meses, con una inflación que en el último trimestre del año fue de 13%, con una inflación anualizada de 60%, no sé si la puede repetir el gobierno este 2024. Este es un año que tiene particulares interesantes, es un año electoral en donde el gobierno va a aumentar el gasto y también el gobierno va a tener mayores recursos, dependiendo de las estimaciones puede ser entre un 60 y 100%, lo que va a ayudar la gestión y posiblemente achicar la brecha fiscal. 

Yo parto del hecho de 150%, obviamente esto está muy supeditado al tema de las sanciones. Si las sanciones vuelven en abril ese número va a variar hacia arriba de manera importante, pudiéramos estar hablando hasta de 250% porque al gobierno le va a costar llevar a cabo esa reforma fiscal y todo lo que ha venido haciendo, si se echa para atrás la flexibilización de sanciones. Y un escenario optimista es menos del 100% donde el gobierno sigue en esta lucha anti-inflacionaria y donde el tema cambiario es fundamental.

Durante 2023, el Gobierno logró mantener a raya la depreciación del bolívar mediante constantes intervenciones cambiarias. Como resultado, el tipo de cambio mostró cierta estabilidad a lo largo del año ¿En su opinión, podría verse un comportamiento similar en 2024? ¿Es sostenible para el Gobierno mantener esta política o, por el contrario, podría estimarse una mayor depreciación del bolívar en 2024?

Para el gobierno es fundamental el tema cambiario para poder controlar la inflación. Este año si bien tuvieron un descenso de 11% en las intervenciones cambiarias con respecto al 2022, los estimados hablaban de que ese descenso en la intervención cambiaria iba a ser mayor, llegaron a casi 5 mil millones o 4 mil millones más o menos. Para este año yo espero una política igual o más agresiva porque van a tener más divisas y las petroleras que están trabajando en Venezuela, las que van a empezar a trabajar en Venezuela y las que van a aumentar su trabajo en Venezuela van a llevar sus divisas al sistema. No solamente Chevron sino otras empresas. Lo cual va a ayudar sin lugar a dudas y le va a bajar la presión al BCV. Así que yo espero que ese comportamiento sea similar o más agresivo en el 2024 de cara a un mayor gasto público y de tal vez mayores presiones inflacionarias. ¿Es sostenible para el gobierno mantener esta política? Yo creo que es sostenible, creo que la va a llevar a cabo de cara a las presiones inflacionarias que va a tener por el aumento del gasto público. Mi escenario base es que el gobierno la va a seguir manteniendo este 2024.

Economía Internacional: ¿Se afianza la estrategia de apertura económica?

Camilo Rivero

Economista egresado de la Universidad Central de Venezuela, Magíster en Negociaciones Económicas Internacionales. Profesor universitario en pre y post grado.

¿Cómo visualiza los efectos del alivio de las sanciones en la dinámica del comercio exterior de Venezuela en 2024?

Efectivamente, la imposición de medidas coercitivas unilaterales (MCU), también llamadas sanciones, por parte de EE.UU. y la UE contra Venezuela ha provocado una afectación directa y severa en el comportamiento interno y externo de nuestra economía, tanto en los flujos reales como monetario-financieros, que se reflejan en el comportamiento del PIB, inflación interna/devaluación cambiaria, balanza de pagos y nivel de las reservas internacionales.

Por una parte, las enormes restricciones que se han presentado para realizar las importaciones de materias primas, insumos, bienes de capital, bienes intermedios y bienes de consumo final han caotizado y colapsado los procesos productivos, de comercialización y consumo en nuestro mercado interno. Asimismo, se ha generado un estrangulamiento extremo en los niveles de producción y comercialización de nuestro principal rubro exportable: el petróleo. Entre los años 2015 y 2022 las estimaciones sobre las afectaciones en la producción petrolera alcanzaron los 4 mil millones de barriles, ocasionando una pérdida de USD 320 mil millones al país.

En ambas situaciones, dichas medidas abarcan los sistemas logísticos y de pagos internacionales para realizar las transacciones comerciales, así como las múltiples complicaciones para acceder a los mercados financieros en busca de los recursos que se requieren para tales fines.

En ese sentido, el otorgamiento de licencias para flexibilizar algunas de las más de 900 MCU ha significado un respiro en el comportamiento económico del país, lo cual ha permitido progresivamente incrementar los niveles de producción nacional (10 semestres consecutivos de crecimiento) y de nuestro comercio exterior (en ambos sentidos), tendencia que solo se mantendrá en la medida que se vaya desmontando la estrategia para asfixiar nuestra economía.

Para el 2024 se espera que los niveles de producción (y exportación) de petróleo continúen incrementándose, con una meta de al menos el millón de barriles diarios, y que la tendencia del crecimiento económico de los últimos años se mantenga, lo cual se traducirá en un incremento en la dinámica de las importaciones.

Incluso, la meta petrolera pudiese incrementarse significativamente, en la medida que la guerra Rusia-Ucrania y el conflicto bélico palestino-israelí provoque una escalada geopolítica que afecte sensiblemente el comportamiento de dicho mercado, por lo que Venezuela podría erigirse en uno de los proveedores seguros en los principales mercados energéticos. Las licencias otorgadas por EE.UU. a este sector apuntan en esa dirección.

¿Cómo observa la situación actual de la deuda externa venezolana y cómo se están gestionando los compromisos financieros?

Las MCU, entre otras cosas, han afectado sensiblemente el acceso de Venezuela a los mercados financieros internacionales, incluyendo los efectos que los niveles de riesgo país han ocasionado en las condiciones financieras de los títulos de deuda soberana transados en los mercados primarios y bursátiles, lo cual dificulta la emisión y colocación de nueva deuda, así como la reestructuración de las existentes. Estas circunstancias han sido medianamente compensadas a través de los fondos que se han establecido con algunos países en alianzas estratégicas, especialmente con China.

Dado que el gran respaldo financiero de Venezuela a nivel internacional continúa siendo su sector petrolero, por representar el 95% de las exportaciones del país, el mejoramiento de esta crítica situación pasa fundamentalmente por la recuperación sustantiva, a corto y mediano plazo, de los niveles de producción y exportación de este rubro, lo cual requiere de grandes inversiones extranjeras directas para tales fines. Ello permitiría mejorar considerablemente el perfil y cuantía del peso de la deuda pública externa en relación al PIB, así como la magnitud del servicio de esa deuda con respecto al presupuesto nacional.

¿Qué podemos esperar este 2024 en relación a la apertura comercial y económica que ha experimentado el país en los últimos dos años?

Se espera que esta tendencia se mantenga y amplíe, mediante diversas estrategias macroeconómicas que impacten directamente tanto en los sectores productivos como en los mercados cambiarios y financieros. Las adversas circunstancias que presenta el país en su relacionamiento económico internacional obligan a continuar transitando por esta senda, lo cual supone profundizar el proceso de diversificación de nuestros socios comerciales, más allá de los que tradicionalmente hemos tenido en el mundo occidental.

Las alianzas estratégicas con el bloque euroasiático y la muy probable incorporación de Venezuela a los BRICS+ representan una estrategia fundamental en ese sentido, así como el desarrollo temático de las Zonas Económicas Especiales que se han conformado en el país, muy especialmente en los sectores turístico y tecnológico.

Finalmente, se está asomando un fenómeno inédito en casi un siglo de instauración del modelo rentista petrolero en la economía venezolana: la participación del sector privado ya no solo como demandante en el mercado cambiario, sino también como oferente para incorporar las divisas requeridas en las actividades productivas que se están desarrollando en el país.