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Por: María Eugenia García y Jesús Martínez
Caracas, 18 de marzo de 2024
Dentro de la economía de cualquier país, existen algunas actividades de tipo económico que se escapan al control del Estado. Importante, no necesariamente nos referimos a las grandes fortunas que los millonarios depositan en paraísos fiscales, o los movimientos de dinero producto de la corrupción, sino a cosas tan básicas como por ejemplo ese ingreso extra que obtuviste por trabajar freelance en tus horas libres o lo que le cobraste a tu vecino por cortar el césped. Es más, te hacemos otra pregunta ¿hace cuánto no declaras tus ingresos, si es que alguna vez lo has hecho?
Este es, sin duda, uno de los mayores problemas de Hacienda y de las agencias tributarias a nivel global, tanto en las economías en desarrollo como en las economías de altos ingresos, pues una parte sustancial y creciente de las actividades se realiza fuera de la economía oficial por lo cual es complejo rastrearlas. Los economistas, en un ejercicio de analogía con un iceberg, dicen que estas economías se encuentran “sumergidas”.
¿Qué son las economías sumergidas?
En primer lugar, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de economías sumergidas? A pesar de la multitud de estudios, existe una gran controversia sobre su definición estándar. Según Feige (1989), el término economía sumergida “engloba una amplia gama de actividades económicas que incluye la producción y distribución de bienes y servicios ilegales, bienes y servicios comercializados y/o producidos ilegalmente, que evaden impuestos o se benefician del fraude” (p. 2). Bajada y Schneider (2005), por su parte, establecen que “la economía sumergida se compone de todas las actividades económicas actualmente no registradas que de otro modo contribuirían al Producto Interno Bruto calculado (u observado) oficialmente” (p. 1034). Para Fortuño (2019) “la economía sumergida o economía informal es aquella actividad económica que se encuentra fuera de la economía regulada y por lo tanto, el Estado no puede ejercer todo su sistema tributario contra esta actividad económica”.
En línea con estas definiciones, es posible observar que como tales, las actividades de la economía sumergida engloban actividades tanto ilegales, como no declaradas, no registradas y aquellas no controladas por las autoridades públicas. En este orden de ideas, las economías sumergidas compendian un grupo de actividades económicas que no están sujetas a impuestos y regulaciones debido a su naturaleza oculta. La característica más importante de las economías sumergidas es que todo se “paga por debajo de la mesa” y por tanto quedan excluidas de los cálculos tradicionales bajo los sistemas de contabilidad nacional realizados por los gobiernos. Sabemos que están allí, pero se encuentran en la sombra.
Son ejemplos de economía sumergida desde hacer compras sin recibir factura y omitir el pago de impuestos, hasta financiar actividades relacionadas con el terrorismo, trata de personas o narcotráfico. Cualquier actividad económica que no sea estandarizada e institucionalizada bajo los parámetros de la ley, es una actividad propia de las economías sumergidas, cuyos principales beneficiarios son los empresarios, personas naturales, entes u organismos que se libran de pagar o retribuir una cuota del mercado correspondiente, como los impuestos.
¿Por qué existen las economías sumergidas?
De acuerdo con Schneider, (2009) y reforzado por Fortuño (2019), la economía sumergida surge cuando la economía formal impide el desarrollo económico de una actividad empresarial determinada en la que dos partes están de acuerdo en el intercambio de un bien o un servicio. Este impedimento puede ser causado principalmente por tres motivos:
- Una regulación lo suficientemente exigente para que existan incentivos para acometer esa actividad fuera de la economía formal, obteniendo una prima económica por ese riesgo legal asumido por las partes.
- Un esquema de impuestos lo suficientemente altos para que la percepción de tanto productores como consumidores sea tratar de esquivar la voracidad fiscal para que se pueda facilitar la transacción.
- La carencia de instituciones y seguridad jurídica lleva a una aplicación ineficaz de la ley.
- La moralidad fiscal (actitudes de los ciudadanos hacia el estado), que describe la disposición de los individuos (al menos en parte) a dejar sus ocupaciones oficiales y entrar en la economía sumergida: se supone que una moralidad fiscal decreciente tiende a aumentar el tamaño de la economía sumergida.
¿Cuánto miden las economías sumergidas?
Estimar el tamaño de las economías sumergidas es, sin duda, una tarea difícil, ya que, por definición, sus actividades no están incluidas en ningún registro, por ende, cualquier intento serio de medir su tamaño debería ser capaz de medir efectivamente una amplia gama de actividades muy diferentes entre sí, de las cuales no se posee datos confiables. Es por ello que muchos estudios académicos simplemente se han centrado en algunos aspectos de la amplia gama de actividades de la economía sumergida y, al hacerlo, solo proporcionan una estimación del límite inferior de su tamaño.
A pesar de lo difícil de definir y estimar la economía sumergida, varios trabajos intentan hacer esto sobre la base de distintas metodologías. Los investigadores han demostrado su ingenio al desarrollar varios enfoques alternativos para la medición de la economía sumergida mediante encuestas o bien indicadores indirectos como puede ser la demanda de dinero en una economía. Algunas de las metodologías empleadas incluyen:
- Medición directa de las diversas actividades que componen este fenómeno (Simon y Witte, 1980).
- Cuestionarios para obtener respuestas de las personas entrevistadas sobre si habían participado en estas actividades como compradores o como vendedores (Isachsen, Klovland y Strøm, 1982; Hansson, 1982).
- Estadísticas de empleo para intentar estimar el número de personas que estaban desempleadas oficial o extraoficialmente, mientras que en realidad trabajaban “en la clandestinidad” (Pettenati, 1979; Contini, 1982).
- Diferencias entre el consumo y el ingreso de las cuentas nacionales (Macafee, 1980; Dilnot y Morris, 1982).
- Enfoque monetario (Cagan, 1958; Gutmann, 1977; Tanzi, 1980, 1983).
Es así como estimaciones recientes del World Economic Forum indican que la economía sumergida “ha perdido peso relativo, lo que significa que las actividades que se desarrollaban en la economía informal han ido pasando a la economía formal” (Fortuño, 2019). No obstante, las diferencias interregionales son muy marcadas, mientras en América del Norte representa entorno al 5% con respecto al PIB para el período 2010-2017, existen regiones como el África subsahariana y América Latina y el Caribe, que cuentan con una actividad no regulada del 34% sobre el PIB.
Economía sumergida, promedio, como porcentaje del PIB
En lo que respecta a las mayores economías del mundo, los cálculos de la economía sumergida de Tackle Tax Havens (2011) indican que países como Rusia, Alemania y Brasil con 44% y 39%, respectivamente, son los países que con respecto a su PIB poseen las economías sumergidas más grandes. Estados Unidos, por otra parte, a pesar de tener la mayor economía sumergida en términos nominales, representa alrededor de 8% de su PIB.
Participación de la economía sumergida como % del PIB
Lavado de dinero y legitimación de capitales
Cuando hablamos de economías sumergidas, es muy común asociar este término con el lavado de dinero y legitimación de capitales, que no es más que la práctica de alterar grandes cantidades de dinero que provienen de todo tipo de delitos, para darle apariencia de operaciones legítimas. Para ejemplificar la situación, suponga el caso en que una persona con una conducta bastante reprochable y nada ética venda artículos ilegales como drogas o armas. Para evitar rastrear y puntualizar cada una de estas transacciones, recibe únicamente efectivo. Posteriormente, para evitar levantar cualquier tipo de sospechas y alarmas, decide con ese dinero constituir una empresa. De esta manera, da apariencia de “legal” a una actividad cuyo origen es netamente ilícito.
El origen del término lavado de dinero es realmente curioso. Esta expresión se remonta a principios del siglo XX, y está vinculada a las actividades ilícitas realizadas por el mafioso italiano Al Capone en la ciudad de Nueva York, quien creó una red de lavanderías con la intención de ocultar la procedencia de los ingresos de las actividades ilegales que realizaba paralelamente. Además, este hecho aún no está confirmado pero se rumora que literalmente el dinero era lavado: al proceder de actividades ilegales, los billetes estaban en una condición perfecta, por lo que, para darle apariencia de circulación, el dinero era lavado en la lavandería para similar el desgaste y el uso.
El lavado de dinero implica tres pasos: la colocación, que implica el ingreso del dinero al sistema financiero, la estratificación, que es el acto de ocultar la procedencia del dinero a través de ciertos mecanismos contables, como la compra y venta de activos, como por ejemplo un inmueble, que finalmente es vendido a un tercero, dando apariencia a este ingreso por la venta como legítimo y la integración, que sucede una vez que el dinero ya es “limpio” y sale del sistema financiero para posteriormente ser utilizado en actividades lícitas.
Existen diversos mecanismos de lavado de dinero, los más comunes son:
- Smurfing (pitufeo), que es la práctica de realizar varios depósitos de dinero, en cuentas bancarias diferentes y con montos distintos, con la finalidad de no levantar sospechas
- Empresas fantasmas: Son compañías que legalmente existen y desarrollan una actividad que podría justificar sus ingresos, pero no realizan ningún tipo de actividad ni tienen un espacio físico para su desarrollo, solo sirven como fachada para ocultar el dinero obtenido por vías ilícitas.
- Creación de negocios paralelos: Consiste en la creación de un negocio donde se manejen suficientes cantidades de efectivo, como un restaurante. Los dueños del negocio, los cuales son los mismos que realizan operaciones fraudulentas, pueden alterar los recibos o facturas para ingresar el dinero ilegal al sistema bancario como si fuese producto de las ganancias del restaurante.
- Criptomonedas: Dadas las dificultades y pocas regulaciones que imposibilitan el rastreo de las transacciones, el origen de los fondos y el destino, los delincuentes transan en criptomonedas para ocultar el dinero ilegal. En el año 2019, Chainalysis (plataforma de datos blockchain) detectó un total de USD 2.8 mil millones en Bitcoin movidos por delincuentes.
Es importante resaltar que si bien es común asociar la economía sumergida con actividades como el narcotráfico, lavado de dinero, tráfico de armas, financiamiento al terrorismo, entre otro tipo de actividades delincuenciales, según de Holanda Barbosa (2012), la economía sumergida incluye actividades tanto legales como ilegales, así como muchas actividades pagadas mediante transacciones en efectivo. En cuanto a este punto, Frey y Schneider (2000) comentan que:
La economía sumergida tampoco debe identificarse con la ilegalidad. Algunas actividades son perfectamente legales pero no están sujetas a impuestos (por ejemplo, debido a su pequeño tamaño), y por lo tanto escapan a la medición en las estadísticas oficiales. Otras actividades son legales como tales, pero se evaden impuestos. Finalmente, sobre las actividades ilegales (como la producción y distribución de drogas) no se pagan impuestos.
Consecuencias económicas de las economías sumergidas
En lo concerniente a los efectos sobre la economía de la existencia de submercados sumergidos, una línea de pensamiento considera que la economía sumergida es residual y marginal por naturaleza y, como tal, menos importante. Otros consideran este sector como dinámico con un potencial de impacto significativo en la economía. El consenso actual entre los economistas es que la existencia de economías sumergidas no es un problema trivial, incluso en las economías de mercado industrializadas. De hecho, uno de los principales efectos negativos de la economía sumergida es cómo puede afectar la salud fiscal de un país. Según se establece en el “Underground Economy Strategy 2018-2021” de Canadá.
La actividad de la economía sumergida afecta negativamente el crecimiento económico y reduce los ingresos fiscales para todos los niveles de gobierno, ejerciendo presión sobre la capacidad del gobierno para proporcionar los servicios y beneficios que las personas disfrutan y esperan. Si no se controla, la economía sumergida erosionaría la fe de las personas en la integridad y la justicia del sistema tributario, socavaría la competitividad de las empresas honestas y haría que los contribuyentes honestos carguen con la carga fiscal de quienes hacen trampa.
En línea con este razonamiento, Tanzi (1983) señala que “la existencia de una economía sumergida considerable y posiblemente en crecimiento tiene consecuencias obvias que pueden ser graves o no” (p. 12), y plantea las diversas consecuencias negativas en cuestiones de equidad (distribución de la carga tributaria y de los ingresos), política económica (mayor dificultad para evaluar adecuadamente el tamaño de las variables que son importantes para la formulación de políticas) y eficiencia (traslado de recursos del sector gravado u oficial al sector no gravado o subterráneo).
En general es posible afirmar que las consecuencias de la economía sumergida son múltiples y complejas. Abarcan desde fraude fiscal, deterioro de las condiciones laborales, distorsión de la competencia, dificultad para medir la actividad económica, financiamiento de actividades ilícitas, entre otros. Por ello, hay teorías que afirman que si los gobiernos pudieran controlar eficientemente la economía sumergida, los problemas fiscales de muchos sectores públicos podrían reducirse. No obstante, según Erdinç (2015), a pesar de los muchos efectos negativos, las economías sumergidas sí contribuyen a la economía de un país de manera positiva, en particular, mediante costos de producción más bajos. Esto permite una mayor demanda de mano de obra y que los miembros de la sociedad con ingresos más bajos accedan a bienes y servicios que antes les eran inaccesibles.
¿Cómo lidiar con las economías sumergidas?
Finalmente, es importante aclarar que el trabajo para abordar o disminuir las economías sumergidas debe ser tanto de parte del gobierno como de parte de cada individuo. En principio, la informalidad está más extendida en las economías menos desarrolladas, con grandes sectores agrícolas y una mayor proporción de trabajadores no cualificados, es por ello que la manera más efectiva para erradicar la economía sumergida es apostar por el crecimiento económico, orientar los esfuerzos hacia la consecución de un aumento generalizado en la producción, en la calidad de vida, en el Estado de Derecho, en la eficiencia y eficacia de la administración de recursos escasos, en la acumulación de capital físico y en el aumento de capital humano, además de en mejoras institucionales, legales y económicas que permitan mantener un clima empresarial adecuado para llevar a cabo actividades económicas sostenibles.
Adicionalmente, los individuos pueden influir en la expansión de las economías sumergidas desde la educación financiera, el comportamiento ético, la implementación de valores en el hogar y en procurar alejarse de la corrupción a través de la transparencia y legitimidad de sus operaciones diarias. Hoy en día existen numerosas actividades ilegales que tienen apariencia de legalidad, sin embargo, puedes asesorarte con expertos, especialistas legales que permitan diferenciar una operación fraudulenta de una operación legítima. A pesar de ello, es importante resaltar nuevamente que las economías sumergidas no son un fenómeno de origen netamente ilegal, pues incluso la genuina compra a un vendedor ambulante, que no genere ningún tipo de factura o impuesto a declarar, es considerada economía informal o sumergida, debemos estar atentos a las frecuencias de éstas prácticas.
Finalmente, es fundamental conocer otras formas de evitar que ciudadanos y empresas se relacionen con el lavado de dinero, fraudes y las economías sumergidas son: evitar cualquier operación sospechosa o de dudosa procedencia, solicitar listas negras para conocer perfiles de varias personas, utilizar procedimientos legales y validar identidades de las personas involucradas y cumplir con las disposiciones establecidas en la ley.
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