Imagen: El Captor
Por: María Eugenia García y Jesús Martínez
Caracas, 25 de abril de 2022
Durante años los economistas se han preguntado ¿Qué determina realmente la tasa de inflación? ¿Por qué en algunos países los precios se mantienen estables mientras que en otros se duplican aceleradamente? La respuesta a estas preguntas ha sido tema de investigación para los estudiosos de la economía, dado que, el incremento generalizado en el nivel de precios, es uno de los problemas que más inquieta tanto a empresarios, como a políticos, y a la sociedad en general, por sus potenciales efectos negativos sobre la dinámica económica.
Se afirma que la inflación altera la relación de precios y la distribución de la renta. Asimismo, hace que el dinero deje de ser un medio útil de intercambio puesto que erosiona rápidamente su valor real; esto a su vez, diluye el poder adquisitivo de los ahorros públicos y privados y distorsiona la economía en favor de un consumo subóptimo y la acumulación de bienes reales. En países en los que los precios se duplican cada mes e incluso cada día, la producción también puede caer radicalmente.
Sin duda, los efectos de la inflación pueden llegar a ser devastadores para la población que los padece, y si bien se ha llegado a cierto consenso respecto a sus posibles soluciones, las causas de la inflación continúan siendo tema de gran debate entre economistas. Milton Friedman solía afirmar vehementemente que la inflación “es siempre un fenómeno monetario”. No obstante, muchos economistas discrepan de esta postura afirmando que existen otros factores en juego. Ante esto, la discusión en ciernes sería ¿es la inflación un fenómeno monetario o multicausal?
En primer lugar, es menester abordar el concepto de “inflación”, que puede ser entendido como un aumento generalizado en los precios de bienes y servicios en una economía en un tiempo determinado. En términos más matemáticos, la tasa de inflación es la razón de cambio del nivel de precios.
Los economistas examinan dos indicadores del nivel de precios (sumatoria o agregado de todos los precios). El primero es el deflactor del PIB, que es el precio medio de los bienes producidos en la economía, y el segundo es el Índice de Precios al Consumidor (IPC), que es el precio medio de los bienes consumidos en la economía calculado a partir de una encuesta de precios de una cesta de compras promedio que represente el consumo de una familia urbana típica.
Existe también un homólogo para el caso de los oferentes: el Índice de Precios al Productor (IPP), que es la medida del coste de una canasta típica de bienes y servicios adquiridos por los productores. Es considerado un indicador principal de la tasa de inflación debido a que los precios de los productos básicos responden rápidamente a cambios en la demanda.
Causas de la inflación
Fundamentalmente, el enfrentamiento entre economistas tiene su origen en que son muchos los elementos y variables que inciden sobre los precios en la economía, por lo que saber con exactitud cuál de estas fuerzas es el impulso motriz que mueve los engranajes de la inflación puede llegar a ser complejo. En este sentido, podemos afirmar que la inflación puede ser causada por una variedad de factores, y para cada factor existen diversas y diferentes explicaciones teóricas.
En la teoría económica existen al menos tres grandes corrientes de pensamiento que brindan explicaciones sólidas sobre la procedencia de la inflación: la teoría clásica, la teoría keynesiana y la teoría monetarista.
Para la teoría keynesiana, que consideraba que las variables macroeconómicas no se ajustaban proporcionalmente, la inflación puede generarse por dos vías: por la demanda agregada (inflación por demanda) y por la oferta agregada (inflación por costos). Esta posición adversaba directamente a los economistas clásicos, que creían firmemente que la economía encuentra su propio equilibrio de pleno empleo, y por ende, argumentaban que la inflación se explicaba en función de la Teoría Cuantitativa del Dinero. De acuerdo con esta teoría, la inflación es un fenómeno meramente monetario, visión compartida por los llamados “monetaristas” liderados por Milton Friedman.
Sin embargo, sería el mismo Friedman, buscando respuesta al fenómeno de estanflación (inflación y desempleo) de los años 70, el que daría los fundamentos teóricos precursores para la “hipótesis de las expectativas” como determinante de la inflación, al proponer la “Curva de Phillips de Largo Plazo” o corregida por expectativas.
A continuación, se procede a describir cómo cada una de estas teorías explica el fenómeno inflacionario.
Inflación monetaria
Tal como se comentó previamente, la teoría de la inflación como fenómeno monetario reposa principalmente sobre la llamada “Teoría Cuantitativa del Dinero”, la cual a su vez se deriva de la ecuación de Intercambio de Fisher. Se resume en la ecuación siguiente:
MV = PY
La expresión matemática explica que la oferta monetaria (M) multiplicada por el número de veces que es usada para efectuar transacciones (V) será igual al valor de la producción (PY), siendo P el nivel de precios y Y la cantidad producida.
Para los clásicos, la velocidad de circulación del dinero (V) es relativamente estable, mientras que Y siempre tiende al valor de pleno empleo. Por lo tanto llegaron a la conclusión de que existe una relación directa entre M y P. Es decir, si aumenta la oferta monetaria, aumenta la inflación. De acuerdo con esta teoría, ningún otro factor afecta a la inflación, a menos que provoque un aumento del crecimiento de la cantidad nominal de dinero.
Inflación por demanda
La inflación por demanda ocurre cuando el nivel de demanda agregada crece más rápidamente que el nivel subyacente de oferta. Es decir, cuando la oferta actual de bienes y servicios, por parte del sector productivo, no es capaz de satisfacer la demanda general. Dado que existe demasiada demanda persiguiendo pocos bienes, esta presión se ve reflejada en los precios, que se ven obligados a subir, causando inflación.
En este caso, el alza de los precios de los bienes y servicios es ocasionado por una expansión del nivel del gasto interno de la economía. Esto podría presentarse debido a que las familias o el gobierno están gastando más, tal vez porque las empresas invierten más o los impuestos se han reducido o simplemente porque hay un mayor nivel de confianza de los consumidores.
Para la teoría keynesiana, los aumentos de la inflación guardan una relación positiva con la brecha de la producción, y las políticas de expansión de la demanda agregada generan inflación, salvo que ocurran cuando la economía tiene desempleo elevado.
Inflación por costos
La inflación por costos ocurre cuando los costos aumentan independientemente de la demanda agregada. Se produce cuando los costos de producción aumentan, bien sea porque aumenta la materia prima o porque aumenta la mano de obra, lo que ocasiona una reacción en cadena, en la cual termina aumentando el precio del bien final.
Entre algunos de los componentes del costo de producción que pueden generar inflación se encuentran los salarios, impuestos, beneficios de las empresas, intereses y tipos de cambio. Asimismo, a medida que un recurso se agota, su precio, inevitablemente, irá en aumento. Los desastres naturales o shocks externos también pueden impactar las cadenas de producción, haciendo que los precios incrementen.
Inflación por expectativas
La inflación por expectativas surge como respuesta a lo que tanto productores como consumidores esperan que vaya a suceder con los precios en el futuro. De acuerdo con esta teoría, la gente se anticipa a la inflación y descuenta sus efectos. Por lo tanto, si las personas creen que incrementos en la oferta monetaria provocará inflación, entonces cualquier aumento de la masa monetaria aumentará los precios y no habrá un incremento del producto real o del empleo.
Una de las principales razones por la que las expectativas son importantes es porque las personas las incluyen en sus demandas de reivindicaciones salariales. Si se espera inflación, los trabajadores incluirán esa expectativa en sus pretensiones a fin de asegurarse aumentar, o al menos mantener su salario real. Este hecho aumenta los costos de las empresas, que muy probablemente se vean obligadas a subir los precios y se genere inflación.
En resumen, podríamos afirmar que un aumento de la inflación esperada, provoca entonces un aumento de la inflación efectiva. Este puede ser un factor determinante en la generación de inflación, hecho cada vez más reconocido por los economistas.
Comentarios finales
Dicho esto, se puede concluir que las causas de la inflación son varias y si bien la monetaria es una de ellas, no es la única. El consenso gira entorno a que las tasas de inflación muy elevadas son, esencialmente, causadas por un crecimiento acelerado de la oferta de dinero, pero cuando la inflación es baja o moderada, las razones pueden atribuirse a otros factores como la fluctuación de la demanda o a cambios en los costos de producción.
Partiendo del hecho de que no todas las economías funcionan igual y que cada una posee características propias, los policymakers de las distintas naciones del mundo deben hacerle frente a este fenómeno de manera efectiva, entendiendo sus causas, pues la inflación puede llegar a promover o ralentizar el crecimiento económico.
Bibliografía consultada
Mishkin, F. (2008). Moneda, banca y mercados financieros. Octava edición. México: Pearson Educación
Krugman, P., Wells, R. (2014). Macroeconomía. Tercera edición. Barcelona, España: Editorial Reverté.

