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Por: María Eugenia García y Jesús Martínez

Caracas, 4 de abril de 2022

Ya ha pasado más de un mes desde que la Rusia de Vladimir Putin reconociera la independencia de las regiones ucranianas de Donetsk y Luhansk y, a su vez, anunciara el envío de tropas rusas al vecino país como parte de su programa de «pacificación, desmilitarización y desnazificación» de esas zonas. Esta incursión militar, no obstante, ha sido calificada por Occidente como “invasión” contando con su desaprobación y repudio a nivel internacional.

En medio de esta nueva realidad bélica, Estados Unidos, la Unión Europea y sus aliados esperan producir un cambio urgente en el pensamiento del Kremlin que le obligue a retirarse de Ucrania de una vez por todas. Si bien han afirmado en reiteradas ocasiones que no enviarían soldados a Ucrania, cabe resaltar que, en la actualidad, las guerras pueden pelearse en diferentes frentes. No solo se limitan a la confrontación militar entre los ejércitos. La guerra mediática, la guerra cibernética y la guerra económico-financiera son parte fundamental de la estrategia militar de nuestros días. Este hecho refleja los enormes cambios en la forma en que un mundo globalizado, digitalizado y muy dependiente del acceso al dinero confronta los conflictos.

Es en este contexto que Occidente ha optado por reaccionar a la invasión rusa con una serie de devastadoras medidas financieras cuyo fin último es estrangular financieramente a Rusia. Tal parece que el consenso gira en torno a que los mercados financieros pueden responder mucho más rápido que las armas convencionales.

El mundo entero está atento acerca de cómo se desenvolverá el conflicto, el cual sin lugar a dudas tendrá consecuencias permanentes a nivel internacional. Ahora bien, ante esto la pregunta es ¿Cómo afectará realmente la extensa artillería económica de Occidente al gobierno de Vladimir Putin? ¿Podrá Rusia salir adelante en medio de la asfixia y el aislamiento financiero?

Estado actual de la economía rusa

Antes de responder a estas interrogantes es importante considerar desde donde parte la economía rusa pre-guerra para a partir de allí, evaluando el posible impacto de las sanciones, estimar hacia dónde podría dirigirse una Rusia post-guerra.

Sobre Rusia, lo primero que debemos saber es que es gigante. En total, Rusia posee una superficie de 17.098.250 Km², convirtiéndolo en el país más grande en cuanto a extensión de territorio (ocupa un octavo de la superficie terrestre). Además, cuenta con una población de aproximadamente 146 millones personas por lo cual es uno de los países más poblados del mundo.

A nivel global, Rusia es el primer exportador de trigo y gas natural; así como el tercer productor de petróleo, detrás de Estados Unidos y Arabia Saudita, según la International Energy Agency y el Observatorio de Complejidad Económica. El tamaño de la economía de Rusia es de cerca de 1,5 billones de dólares de acuerdo con el Banco Mundial, lo que representa aproximadamente el 7% del PIB de los Estados Unidos y la ubica como la undécima economía más grande del mundo.

Tras la caída de la Unión Soviética, Rusia pasó de un sistema comunista a uno capitalista con una gran oleada de privatizaciones, especialmente en sectores como la industria, la energía y las finanzas. Hoy Rusia es un país de ingreso mediano gracias a que la globalización permitió un desarrollo rápido y estable entre los 90 y los 2000, pese al colapso político y económico sufrido a finales de los años 80 del siglo XX. Esto se debió en gran parte al incremento de las exportaciones de energía y a precios de los combustibles relativamente altos. Sin embargo, diversos expertos consideran que el modelo político-económico de Rusia es algo más cercano a la cleptocracia o “capitalismo de compinches”. Esto explica en gran parte el porqué Rusia es uno de los países más desiguales en términos de acumulación de riqueza tanto entre regiones como entre habitantes aunque, en términos generales, sus habitantes poseen un nivel de vida alto (IDH de 0,846).

En materia de política económica, es resaltante cómo el Kremlin ha venido recortando progresivamente el tamaño de su presupuesto, priorizando la estabilidad sobre el crecimiento, lo que ha significado que durante los últimos años Rusia haya tenido un crecimiento económico moderado (entre el 1-2%). Si bien este fue uno de los países menos afectados por la pandemia de COVID-19, desde hace meses lucha contra una inflación galopante que cerró en 2021 en alrededor del 8,4%.

¿Cuáles sanciones se han impuesto a Rusia?

De alguna u otra manera, el mundo entero se ha solidarizado con el ataque de Rusia a Ucrania. Se han impuesto diversas medidas impositivas para mostrar desacuerdo y falta de ética en este hecho histórico y por la inestabilidad de la moneda y la inestabilidad política y económica que el mercado en este país puede suponer para inversores, empresarios y cadenas de productos y servicios. Personalidades importantes, gobiernos, deportistas y organizaciones mundiales se han desvinculado con el país y sus ciudadanos suspendiendo cualquier tipo de venta, operación, relación, asociación y préstamo.

Si bien todas las sanciones van a tener una repercusión social, cultural y política, la exclusión de Rusia del sistema SWIFT es una de las medidas más fuertes que ha tomado la comunidad internacional. Esto va a representar que las instituciones financieras del país queden completamente aisladas y fuera del mercado externo. Además, se han congelado los activos del Banco Central de Rusia en la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá y Gran Bretaña. Cualquier tipo de transacción con el Banco Central ruso está totalmente prohibido.

Medios de pagos como Visa, MasterCard y PayPal han cesado sus operaciones bancarias y financieras en el país, aislando las transacciones rusas. Sin embargo, si bien esta medida es contundente a nivel internacional, anteriormente el país había previsto esta situación, por lo que, desde el 2015, gradualmente se fue introduciendo en el mercado ruso la tarjeta de pagos con cuentas de débito y crédito, medios de pago y cobro electrónico Mir y todos los pagos se procesan mediante el Banco Central de Rusia y son protegidos con algoritmo cifrado. Además del sistema de pagos Mir, UnionPay de China también permite contrarrestar la salida de Visa y MasterCard de la nación, pues, según la empresa asiática, en Rusia, más del 85% de los terminales POS y cajeros automáticos aceptan UnionPay.

Con respecto a la bolsa de valores, a finales de marzo, después de casi un mes en el cual el principal índice bursátil del país estuvo cerrado, el Banco de Rusia ha anunciado la reapertura de su mercado de valores. Muchas empresas y giganes de la bolsa rusa como Gazprom y Sberbank han vuelto a operar. Como medida preventiva, el Banco de Rusia ha prohibido ponerse en corto en algunas de las principales compañías de su bolsa, con la intención de evitar que se pueda sacar provecho de mayores caídas que se produzcan en estos valores.

Además de las sanciones, muchas personas, empresas, organizaciones y eventos, se han desvinculado totalmente de Rusia y sus habitantes. Entre las principales empresas que se han retirado de Rusia se encuentran las petroleras ExxonMobil y Shell, las cinematográficas Disney y Paramount no llevarán películas ni contenido al territorio ruso, así como también las principales empresas de automotores como Toyota y Mitsubishi.

Las empresas tecnológicas Meta, Twitter y YouTube han impuesto bloqueos mediáticos y restricciones a los medios de comunicación en el país. Ericsson y Nokia han suspendido operaciones, al igual que Boeing y Airbus han finiquitado la prestación de servicios de transporte para las aerolíneas rusas, al igual que muchos países que han suspendido vuelos hacia y desde esta nación. Adicionalmente, la BBC anunció que suspenderá sus actividades en el país. Otras grandes multinacionales estadounidenses, como McDonald’s, Coca-Cola y Pepsi también se han despedido de Rusia. Estas son algunas de las sanciones más importantes y que más eco se han hecho, hasta ahora, hacia la nación rusa.

Impacto económico de las sanciones

Si bien la estrategia de guerra económico-financiera ya se utilizó parcialmente con éxito en el siglo pasado contra la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Sin lugar a duda, lo que enfrenta hoy Moscú no tiene precedentes en la historia. Las medidas están diseñadas para virtualmente paralizar la economía de Rusia y castigar a su gobierno por emprender acciones militares contra Ucrania por lo que, de hecho, este paquete de sanciones económicas es el más amplio que se ha impuesto en la era moderna a país alguno y probablemente sea la primera vez que se inflige a una economía tan grande como la de Rusia.

Sanciones financieras

Tal como hemos comentado, el ataque internacional a los intereses económicos rusos se ha enfocado en su sistema financiero principalmente aprovechando la interconexión global del mismo. Estas han ido escalando en intensidad y se espera que los efectos para la economía y finanzas de Rusia sean devastadores.

La prohibición del uso del Swift, por ejemplo, retrasará los pagos que Rusia recibe por las exportaciones de petróleo y gas, las cuales representan una quinta parte de su economía y la mitad de sus ingresos por exportaciones. Las sanciones a los principales bancos rusos, en particular a los bancos estatales, por otra parte, serían asimismo perjudiciales ya que esto significaría que Rusia no podría hacer dinero de Occidente y no podrá negociar su deuda en el mercado estadounidense o en mercados europeos.

Efectos visibles hasta el momento

A nivel micro, millones de rusos ya están empezando a sentir el efecto de las sanciones, sobre todo con la escasez de ciertos bienes importados. Adicionalmente, las medidas económicas ya han provocado que el valor del rublo se desplome a mínimos históricos (un 40% de su valor frente al dólar, según la firma de datos financieros FactSet), lo que obligó al Banco Central ruso a duplicar las tasas de interés, elevándolas del 9,5% al 20% ante el incremento de la inflación. Las imágenes en las redes sociales han mostrado largas colas en cajeros automáticos y casas de cambio en todo el país en los últimos días. Todo esto muestra el daño potencial que pudiera causar el boicot internacional a Rusia con el transcurso de los días.

En paralelo, se ha producido un éxodo masivo de empresas privadas que operaban en Rusia. Cerca de 300 marcas globales ya han suspendido sus operaciones en Rusia entre las que figuran Apple, Jaguar Land Rover, H&M y Burberry, así como Zara y Samsung. Aunque quizás a nivel mediático una de las que ha generado mayor controversia es la salida de la cadena de comida rápida McDonald’s, ícono de la Rusia postsoviética. También se han aplicado sanciones individuales a decenas de multimillonarios de alto poder y con gran influencia que EE.UU., Reino Unido y Europa considera oligarcas cercanos a Putin, pero cuyas empresas emplean a cientos de rusos y generan ingresos sustanciales para la economía.

Impacto en el PIB

Los economistas coinciden en que las sanciones impondrán un severo costo a la economía rusa, tanto a corto como a largo plazo. No solo por los altísimos costes de la guerra, sino también por el grave daño a la economía provocado por las crecientes sanciones internacionales.

Según diversas estimaciones, el PIB ruso de 1,5 billones de dólares se deteriorará rápidamente, a un ritmo sin precedentes para una potencia nuclear. De acuerdo con el más reciente informe de previsiones de la Conferencia de las Naciones Unidas para el Desarrollo (UNCTAD) la economía de Rusia podría caer hasta un 7,3% este año. En esto coincide el banco de inversiones Goldman Sachs que calcula que este año el PIB de Rusia se reduciría en el orden del 7%. La firma de análisis de mercado Oxford Economics, por su parte, calcula que la presión sobre los mercados financieros rusos podría tener un impacto de 6% en el PIB.

Es decir, no hay duda de que las sanciones van a tener un impacto considerable sobre la economía rusa. No obstante, cabe resaltar que los líderes occidentales han dejado en claro que las sanciones anunciadas en las últimas semanas son solo el primero de varios pasos potenciales contra la economía rusa. Por lo tanto, aún estamos por ver nuevas acciones en la medida que la guerra se siga extendiendo. En tal sentido, aún existen muchas interrogantes sobre cuál será el verdadero efecto de las medidas aplicadas por Occidente.

En nuestra próxima entrega podrás disfrutar de la siguiente parte de este artículo.

Referencias bibliográficas

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