Imagen: CNN

Por: María Eugenia García y Jesús Martínez

Caracas, 6 de diciembre de 2021

A lo largo de la historia, los paraísos fiscales han tenido una imagen muy negativa a nivel mundial. Sin embargo, durante este año 2021, escándalos como la publicación de los “Pandora Papers” han puesto a estas jurisdicciones, una vez más, en el ojo de la opinión pública. En consecuencia, las críticas hacia estos lugares, así como a las personas que acuden a ellos, se han multiplicado por todo el mundo.

Si bien la gran mayoría de los inversores en paraísos fiscales son empresarios, ahorradores e inversionistas que trasladan parte de sus fortunas a estos lugares; ciertamente, desde personalidades de la realeza, como Pilar de Borbón, deportistas como Lionel Messi, al igual que artistas como Shakira o Miguel Bosé, y políticos como Vladimir Putin de Rusia han acudido a estos llamados “paraísos” para depositar sus ingentes capitales y evitar así la voracidad tributaria de sus países de residencia.

Muchos critican estas acciones calificándolas de “inmorales”, “reprobables” e incluso “ilegales” y argumentan que, sin la existencia de estos lugares, las cosas funcionarían mucho mejor para las economías del mundo. Para algunos políticos, los paraísos fiscales son los grandes responsables de muchos de los problemas de la actualidad como la desigualdad, subdesarrollo, altos impuestos, crisis financieras, etc. Pero ¿Qué hay de verdad en todo esto? ¿Realmente los “paraísos fiscales” son tan negativos para el bienestar general?

¿Qué son los paraísos fiscales?

Aunque no existe una definición universal para los paraísos fiscales, podríamos decir que los paraísos fiscales, también conocidos como “refugios” fiscales (Tax Heaven en inglés), en su definición clásica, son aquellos territorios o Estados que se caracterizan principalmente por mantener un régimen tributario muy favorable en comparación con otros países (con poca o ninguna carga tributaria) para residentes y no residentes que se domicilien, a efectos legales, en el mismo. Aun cuando no desarrollen efectivamente una actividad en el país.

Esta característica de los paraísos fiscales permite que tanto individuos como empresas que establezcan su residencia formal en uno de estos territorios tomen ventaja de sus esquemas tributarios para trasladar capitales y evitar así el pago de elevados impuestos en sus países de origen.

Sin embargo, cabe resaltar, que no basta con tener bajos impuestos para que un territorio se convierta automáticamente en un paraíso fiscal, puesto que, visto desde una definición más rigurosa, los paraísos fiscales se caracterizan, además, por otros dos aspectos de particular relevancia: alta seguridad jurídica y extrema confidencialidad de la información de los ahorristas.

En cuanto a la seguridad jurídica, vale decir que es un asunto fundamental puesto que ello garantiza a los ahorradores que el día de mañana su dinero no va a ser de alguna forma confiscado, enajenado, o sometido a investigación por parte de intereses políticos particulares. La confidencialidad o falta de transparencia, por otro lado, implica que las leyes o las prácticas administrativas no permiten a las instituciones financieras el intercambio de información para propósitos fiscales con otros países, e incluso el gobierno del propio país, en relación a los contribuyentes que se benefician de los bajos impuestos.

Aún con todo, estos sistemas no son perfectos, prueba de ello han sido la filtraciones masivas de documentos confidenciales que han dejado al descubierto a importantes figuras mundiales, siendo los casos más reconocidos: Offshore Leaks (2013) en el cual se filtraron 2,5 millones de archivos, Panama Papers (2016) con 11,5 millones de archivos, Paradise Papers (2017) 13,4 millones de archivos y el más reciente, Pandora Papers (2021) con 11,9 archivos filtrados.

Repaso histórico: ¿Para qué un paraíso fiscal?

Algunos historiadores mencionan la existencia de islas alejadas que eran especie de paraísos fiscales desde la Grecia antigua. No obstante, el paraíso fiscal más antiguo del que se tiene registro estuvo ubicado de la isla de Delos, en el mar Egeo y fue establecido por los romanos en el siglo II A.C., siendo este muy importante en el crecimiento y estabilidad del Imperio Romano.

El término paraíso fiscal comenzó a acuñarse desde los años 50 aunque la implementación de la estrategia básica por parte de ciertos países de establecer baja tributación con el fin de atraer inversores internacionales comenzó a popularizarse desde el siglo XIX. Los mayores aportes para su establecimiento formal se dieron gracias a Suiza que en la década de los 30 estableció por Ley el secreto bancario.

Desde que Suiza implantara el secreto bancario, diversos países empezaron a copiar su modelo como forma de desarrollo, puesto que los bajos tributos generan incentivos para que grandes fortunas o empresas se establezcan en estos paraísos. La ganancia es bilateral ya que los países realizan estas prácticas con el objetivo de fortalecer sus economías con dinero extranjero.

No obstante, se podría afirmar que los paraísos fiscales existen básicamente por tres grandes motores históricos, el primero de ellos fue el aumento de la presión fiscal y el poder recaudador que adquirieron los Estados. En segundo lugar, la incompetencia, la incapacidad de los líderes políticos y, por último, la creciente globalización de los flujos financieros.

Paraísos fiscales alrededor del mundo

El nombre es evocativo, aunque no todos los paraísos fiscales son paradisiacos, sí hay varias islas que le hacen justicia al nombre. Las islas Bahamas, las islas Cook o Tahití son algunos países o territorios de ultramar conocidos por actuar como paraíso fiscal. Todos estos territorios tienen en común su pequeño tamaño en cuanto a extensión territorial, sus bajos tipos impositivos y su gran importancia como centros financieros globales. Prueba de ello es que un número altísimo de compañías escoja estos lugares como centro de operaciones en busca de mayores beneficios y aumentar su competitividad.

Aunque no todos son pequeños países. Aun cuando el Reino Unido no está considerado como un paraíso fiscal hay cuatro de sus territorios en la lista: Islas Caimán, Bermudas, Jersey e Islas Vírgenes Británicas. En el caso de Estados Unidos, Guam es considerado también como un paraíso fiscal.

En la actualidad, la cantidad de paraísos fiscales está cambiando continuamente, a medida que algunas jurisdicciones toman medidas para la normalización bajo presión internacional, y otras comienzan a emerger como nuevos refugios impositivos. Además, tal como se comentó previamente, no existe una definición universal de paraíso fiscal, por lo tanto el número va a depender de cómo se mida. Con cierta certeza se tiene registro de la existencia de alrededor de 52 paraísos fiscales. En Europa hay nada menos que 11, existen 21 en América, 3 en África, 5 en Medio Oriente y otros 12 en Asia y Oceanía. Estos son los países considerados como paraísos fiscales, según Oxfam Intermón:

Impacto económico de los paraísos fiscales

Desde hace años a nivel internacional se ha iniciado una lucha en contra de los paraísos fiscales para buscar las formas en que se puede frenar su expansión. La lucha principal es porque son considerados como entidades que atentan contra los sistemas tributarios internacionales debilitando las finanzas públicas de los Estados.

De hecho, aunque es muy difícil saber exactamente cuánto dinero hay en estos lugares, dada la naturaleza oculta de los vaivenes que sigue el dinero a través de las cuentas offshore, se estima que cada año los paraísos fiscales les cuestan a los gobiernos del mundo entre US$ 100.000 millones y US$ 600.000 millones en recaudación no percibida (Padinger, 2021).

Si bien la cifra anterior representaría tan solo 0,71% del PIB mundial, es indudable que, lejos de un fenómeno exótico, los paraísos fiscales conforman hoy una parte importante de la economía global. Según el World Inequality Lab, el dinero en paraísos fiscales se ha disparado desde la década de los ochenta y se estima que entre un 8% y 10% de la riqueza financiera mundial está actualmente en paraísos fiscales. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), citado por Blandón (2021), cree que al menos un 27% de la riqueza de América Latina se mantiene en el extranjero, una porción superior a la media de Asia (4%), Europa (11%) o Estados Unidos (4%). Para 2015 se estimaba que la suma total de dinero escondido en estas jurisdicciones que ofrecen una carga tributaria baja o nula en todo el mundo ascendía a alrededor de US$21 billones (Whewell, 2015).

Pero hay un detalle muy importante a tomar en consideración y este es el de la interacción económica entre los países inversores y los paraísos fiscales, la cual no es unidireccional. Ciertamente, las características de bajos impuestos, alta seguridad jurídica y confidencialidad juntas hacen que estos territorios tiendan a recibir capitales provenientes de todas partes del mundo y, por tanto, a crecer a ritmos muchos más altos que otros países en condiciones similares. Pero si revisamos los datos del Banco Mundial, los países denominados paraísos fiscales se encuentran asimismo entre los principales emisores de inversión extranjera del mundo. Por lo tanto, los paraísos fiscales lejos de ser una simple “caja fuerte” funcionan también como una plataforma para realizar inversiones en los países redundando en crecimiento económico de parte y parte.

Argumentos a favor y en contra de los paraísos fiscales

El asunto de los paraísos fiscales es un tema bastante controvertido ya que tiene tanto ávidos defensores como férreos detractores. Como se pudo observar al revisar el impacto económico, en este debate, lo único cierto es que no es una cuestión de blancos y negros, puesto que los paraísos fiscales tienen tanto ventajas como desventajas que es importante ponderar a la hora de evaluarlos. En primer lugar, repasemos las desventajas que, por su alta notoriedad en prensa, es posible que conozcamos ampliamente.

Desventajas

• Dificultad de identificar la ruta del dinero lo cual puede permitir el reciclaje de capitales, blanqueo de dinero, utilizando como soporte la estructura jurídica y fiscal que ofrece el paraíso fiscal.
• Generan la erosión de las bases imponibles de los Estados.
• La carga fiscal se desplaza de los ricos hacia los pobres.
• Pueden ser utilizados por multimillonarios y empresas transnacionales para eludir y evadir impuestos.
• Permiten a las personas y empresas ocultar información sobre actividades ilegales (narcotráfico, corrupción, etc.).
• La opacidad de estas estructuras tiene el potencial de ocultar irregularidades.

En efecto, los paraísos fiscales son uno de los instrumentos más utilizados por las personas y empresas que practican la elusión y la evasión fiscal. Sin embargo, la lógica utilizada por muchos políticos y algunos economistas es que los paraísos fiscales sirven solamente para evadir y no pagar impuestos, pero lo cierto es que va mucho más allá de eso. A continuación veamos sus grandes ventajas.

Ventajas

• Proteger el patrimonio de los inversores.
• Crecimiento económico de los países receptores de capitales.
• Refugio para inversores provenientes de países autoritarios.
• Existe una mayor flexibilidad para la estructuración, planificación y desarrollo de la actividad empresarial.
• Se reduce la base imponible de las empresas por medio de estructuras jurídico-tributarias.
• Exención de impuestos sobre intereses devengados por cuentas bancarias, los dividendos de acciones, así como otros activos financieros.
• Libertad plena en el movimiento de capitales sin importar el lugar en el que se encuentre el inversor.
• Fomenta la competencia entre los sistemas tributarios.
• Ayudan a minimizar riesgos tributarios y no tributarios en sus países de origen.

Comentarios finales: ¿Son negativos los paraísos fiscales?

El término “paraíso fiscal” es comúnmente visto con cierta aversión por los medios de comunicación, diversos grupos de la sociedad y ciertos gobiernos, que muchas veces tratan de mantener estrictos controles contra las personas y empresas que utilizan estos lugares para realizar inversiones y operaciones de mercado ya que las relacionan con actividades delictivas que buscan ser penadas por la Ley.

Sin embargo, a pesar de lo que podría pensarse dada la cobertura que realizan los medios, las personas que han figurado en los Panama Papers o los Pandora Papers no necesariamente son delincuentes o han cometido algún delito. De hecho, la mayoría de los que figuran en estos documentos filtrados son personas que han amasado sus fortunas de forma legal, como empresarios, cantantes, deportistas, entre otros que utilizan los paraísos fiscales para minimizar su carga tributaria dentro de la legalidad. Esto a algunos podrá parecerles más o menos moral, pero es perfectamente racional, desde un punto de vista económico, tratar de escapar de los altos impuestos.

Pero incluso, como ya se mencionó en las ventajas, los bajos impuestos no son el único motivador de recurrir a los paraísos fiscales. Muchos inversionistas de hecho recurren a estos con el fin de protegerlos de la injerencia de Estados autoritarios o extractivos, lo que les convierte en un perfecto aliado para protegerse de los abusos de poder. En este sentido, cabe preguntarse, si consideramos como algo negativo el hecho de que un gobierno coarte nuestra libertad de movilizarnos, ¿Por qué no hacemos lo mismo cuando se nos coarta la libertad de mover nuestros capitales, esos que hemos trabajado durante años?

Adicionalmente, es importante resaltar que cualquier contribuyente tiene derecho a estructurar su negocio de la forma que le parezca más oportuna, buscando reducir costos, incluidos los impuestos sobre la renta generada en su negocio. Si esta persona o empresa lo hace legalmente, las autoridades deben respetarlo y no pueden pensar en obligar a las personas a pagar la mayor cantidad de impuestos posible a sus respectivos gobiernos. Es simple cuestión de incentivos. Hay paraísos fiscales y son atractivos porque casi todas las economías avanzadas tienen impuestos demasiado altos.

Por supuesto, no sería coherente obviar los grandes desafíos que enfrentan los paraísos fiscales. En particular lo referente a los fondos provenientes de actividades ilícitas y los delitos fiscales, pero ciertamente tanto políticos como medios de comunicación exageran las consecuencias que puede tener que ciertas personas guarden su dinero en estos paraísos fiscales.

Se han realizado avances. Muchos gobiernos han entendido que los paraísos fiscales no son sinónimo de ilegalidad. Lo ilegal es netamente la evasión de impuestos o el lavado de dinero. Por ello, actualmente, en el marco legal de muchas entidades nacionales e internacionales, está contemplada una serie de proyectos y medidas para luchar contra la evasión fiscal y detectar los flujos de dinero ilícito con el apoyo de los países receptores de capitales.

Allí lo ideal sería articular soluciones conjuntas que permitan la supervisión de los fondos que entran a los paraísos fiscales sin perder estos sus principales atributos de seguridad jurídica y confidencialidad. Después de todo, siempre habrá gente dispuesta a abusar de la protección ofrecida por los paraísos fiscales, pero la mayoría busca en ellos seguridad y rentabilidad para su capital por lo que los montos invertidos en los paraísos fiscales no se derivan enteramente de actividades ilícitas y combatir su uso puede representar a largo plazo pérdidas para el progreso y la expansión económica en general.

Bibliografía consultada

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Blandón, D. (2021). ‘Pandora Papers’: las claves para entender por qué son tan cuestionados los paraísos fiscales. France 24. Recuperado de: https://www.france24.com/es/econom%C3%ADa-y-tecnolog%C3%ADa/20211004-pandora-papers-claves-entender-para%C3%ADsos-fiscales

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