Aumento del precio del gasoil ¿Mal necesario?

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Imagen: Ingeniería Química Reviews

Por: María Eugenia García y Jesús Martínez

Caracas, 15 de noviembre de 2021

El pasado lunes 25 de octubre, sin anuncios, preaviso o advertencias ni para los autobuseros o los gandoleros, las estaciones de servicio del país fueron autorizadas por la directiva de Petróleos de Venezuela (PDVSA) a iniciar el cobro del litro del gasoil o diésel, combustible fundamental para el transporte de carga, a 50 centavos de dólares por litro.  Este aumento, súbito, sorprendió por completo al sector transporte que hasta el momento pagaba 0 dólares por llenar sus tanques.

El diésel en Venezuela estaba subsidiado en un 100% desde el 1° de junio del año pasado, cuando se ajustaron los precios de todos los combustibles en el país. En aquel momento, se implementó el cobro en divisas de la gasolina a 0,50 dólares y estableció un precio subsidiado en bolívares. Los transportistas, por su parte, contaban con la exoneración del pago del diésel, el cual se esperaba que fuera por un tiempo determinado sin saber hasta cuándo sería.

Al parecer el tiempo del subsidio se acabó y el diésel dio un salto hasta los 0,50 dólares por litro, mientras que la gasolina subsidiada dio un brinco a 0,02 centavos de dólar (pasó de 0,005 a 0,10 Bs.), lo que significó un incremento del 1.900%. De acuerdo con la estatal petrolera PDVSA el aumento obedece a un ajuste debido a la reconversión monetaria que entró en vigor desde el primero de octubre de este año. Sin embargo, queda claro que esta medida guarda estrecha relación con los ajustes que la actual administración ha ejecutado en los últimos años con el fin de flexibilizar la economía.

Con este ajuste, el diésel en Venezuela se coloca a la par con el litro de gasolina a precios internacionales y con el precio del diésel en varios países de la región. Sin embargo, al sacar cuentas, tanto la gasolina como el gasoil de Venezuela siguen siendo de los más baratos del mundo si se compara con los demás países del mundo. El problema de este nuevo costo de los combustibles no es lo alto que es, porque estaría a precio de mercado, sino que ante una merma importante en los ingresos y una acelerada pérdida del poder adquisitivo el peso de tanquear incluso 40 litros se hace increíblemente grande.

Mientras que en el país se ubica en 0,50 centavos de dólar tanto el litro de la gasolina como el gasoil, en Ecuador a la fecha el gasoil se consigue en 0,502. En Bolivia en 0,54; Colombia en 0,583, Argentina en 0,896 y en México 1,065 según Global Petrol Prices.

Los efectos negativos

Es esto precisamente, lo que generó preocupación en los transportistas. Este aumento fue demasiado abrupto y se hace sentir, puesto que para unidades con tanques de 900 litros de gasoil, por ejemplo, ahora se gastan hasta 450 dólares para llenarlo.

Si bien, según algunos expertos en el área, el aumento no sería significativo si se regulariza la distribución, no cabe duda de que este incremento del combustible sí va a tener un impacto mesurable y se reflejará en los costos y los precios de los bienes y servicios. La razón es muy sencilla, el combustible es demandado a lo largo de toda la cadena de producción y comercialización para el traslado de bienes o prestación de servicios de diversa índole.

El diésel es clave para la producción industrial en Venezuela. No es nada más el transporte pesado, las fábricas, las empresas privadas y maquinarias que funcionan con gasoil, sino que igualmente el sector de los servicios cuya generación eléctrica depende de este combustible. Por lo tanto, esta es una cadena que va desde el propio costo de producción de una fábrica hasta el transporte público de los empleados.

En este sentido, no solamente los fletes y los viajes aumentarán de precio, sino también los pasajes con este nuevo ajuste en el gasoil, todo lo cual repercutirá en el aumento de la inflación que al cierre de octubre acumuló 574,39% de acuerdo con datos del Banco Central de Venezuela.

Es una realidad que el incremento en el precio del diésel o gasoil impactará a los transportistas, pero no hay que perder de vista que quien tendrá que lidiar con los incrementos de alimentos, pasaje, entre otros rubros será el consumidor final. Es imposible no trasladar este incremento al precio ya que ningún actor intermedio estaría en posición de asumir el gasto.

En suma, el aumento del gasoil representa un golpe directo en la inflación que afecta a transportistas en el corto plazo, pero que se transmite indirectamente a los consumidores. Cabe esperar si este ajuste será acompañado de correcciones progresivas en las próximas semanas o si se mantendrá a largo plazo o si se flexibilizará completamente. En el caso de que se mantenga, el efecto en los precios debería ser solo una vez (reflejado en el nivel de precios de noviembre), pero luego de ese momento, no deberá afectar.

Los efectos positivos

A pesar de que este aumento repentino y abrupto afectará la estructura de costos de los bienes y servicios y limitará el uso del transporte público – ya que no todos los ciudadanos están en capacidad para financiarlo – en Venezuela era necesario sincerar el precio de la gasolina. Definir el valor del combustible a este nuevo precio trae buenas noticias fiscales, ya se estarían percibiendo ingresos por una gasolina que se vendía a pérdida, pues sus costos de producción son elevados y no genera la utilidad esperada.

¿Era necesario este aumento?

Tarde o temprano, esta medida venía. El venezolano se ha acostumbrado a gozar de bienes y servicios públicos a muy bajo costo, y esto no puede ser beneficioso, las empresas requieren generar ingresos, cubrir costos, tener ganancias y reinvertirlas, expandirse y fomentar a la mejora de sus bienes y servicios, y nada de esto podría suceder si no se percibe lo suficiente para ello. Por esta razón, todos aquellos servicios públicos que de alguna manera han sido subsidiados durante muchos años y, ante los ojos de los consumidores se han visto como un regalo, de lo baratos que son, hoy en día tienen sus repercusiones negativas.

Era necesario este aumento porque los sectores de la economía uno a uno deben empezar a recuperarse a como dé lugar para mejorar su calidad y poder seguir operando. Además, con la nueva reconversión monetaria, el desfase de los precios era tal, que de haberse mantenido, no se podría si quiera pagar.

La escasez del diésel que se agudizó en enero pasado obligó a que las estaciones de servicio subsidiadas impusieran cuotas máximas entre 100 y 200 litros de diésel por vehículo. Solo les funcionaba a los gandoleros que realizaban pequeños viajes. Sin embargo, aquellos choferes que pudieran cancelar 10, 15 o 20 dólares podían hacerse con un tanque lleno. Todas estas distorsiones para abastecerse de combustible llevaron a que los distintos gremios de transportistas propusieran que se acordara un precio de equilibrio.

Hacer una distinción entre los precios internacionales y subsidiados es una medida innecesaria, porque los consumidores se comportan de una manera que, con dos precios diferentes, eligirán el más económico. Una posible solución sería buscar un precio intermedio en el cual los consumidores orientados al precio subsidiado no hagan un día de cola para recibir el suministro de combustible y en el cual los consumidores que pagan a precios internacionales eviten pagar una porción tan elevada de divisas.

¿Qué podemos esperar?

El suministro de gasoil continúa siendo irregular, tomando en cuenta fuentes del sector afirmaron que aunque ha mejorado; aún sigue siendo insuficiente. Esta medida impactará en la estructura de costos de los bienes y servicios, porque en su mayoría, requieren de gastos de transporte, distribución y fletes. Asimismo, tiene impacto en la vida de los ciudadanos, los que utilizan transporte público enfrentarán pasajes cada vez más costosos y más escasez de unidades de transporte, considerando que no todos los choferes de autobús puedan asumir el nuevo costo del combustible, mientras que los ciudadanos que se transportan en vehículos, enfrentarán los costos de una gasolina que hace 2 años, era impensable para un país que tiene una larga trayectoria de bienes u servicios, incluyendo la gasolina y el gasoil, subsidiado. 

Ajustarse a precios de mercado es una condición necesaria, pero no suficiente. Todo se hará más costoso a partir de esta medida, sin embargo, considerando los problemas de abastecimiento y escasez de combustible en el país, esta medida permitirá de cierta manera que respire todo el sistema fiscal. Es importante recordar que la solución a este problema no será un aumento o una disminución de los precios del combustible, sino invertir recursos y esfuerzos en la producción nacional.