Relación entre el índice de independencia del Banco Central y el crecimiento económico

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Fachada del Banco de Inglaterra, Threadneedle St, London EC2R 8AH, Reino Unido.
Imagen: Diario libre

Por: María Eugenia García

Revisado por: Jesús Martínez

Caracas, 24 de mayo de 2021

*Este artículo es un resumen del trabajo de grado para optar al título de economista empresarial en la Universidad Metropolitana de María Eugenia García, titulado “Relación entre el índice de independencia del banco central y el crecimiento económico para una muestra de 40 países en el período 1970-2012” (Todos los derechos reservados). El trabajo fue defendido el 19 de marzo de 2020, el veredicto indica que el trabajo fue aprobado y obtuvo mención honorífica.

Antecedentes

El crecimiento económico ha adquirido mucha relevancia en las últimas décadas y ha sido objeto principal de estudio entre economistas, investigadores y académicos debido a la importancia de esta variable en la explicación de interrogantes acerca de por qué unas naciones son más ricas que otras o por qué el mundo es hoy en día más rico de lo que era hace cien años. Por otra parte, las instituciones son imprescindibles para la vida de una nación, pues ellas regulan la manera en la que la sociedad se comporta e interacciona entre sí. Del conjunto de instituciones, considerando específicamente las instituciones económicas, se destaca entre ellas el Banco Central como la autoridad encargada de implementar la política monetaria de los países. La independencia del Banco Central como institución también ha adquirido mucha importancia en los últimos tiempos, siendo objeto de numerosos estudios e investigaciones. Es por ello que la investigación evalúa la relación económica entre el crecimiento económico y la independencia de instituciones económicas, específicamente, la del Banco Central medido a partir de un índice de una muestra de 40 países del mundo, durante el periodo 1970-2012.

La importancia de estudiar el crecimiento económico radica en que, a partir de él, se puede apreciar el estado de bienestar de una economía, por lo tanto, es la variable a la que más se le presta atención y lo que persiguen los policymakers. Según Sala-i-Martin (2000), “la teoría del crecimiento económico es la rama de la economía de mayor importancia” (pág. 3), por ser lo que determina por qué unas naciones son más ricas que otras e incluso por qué el mundo es hoy más rico de lo que era hace un siglo. Arguye también que la opinión popular sobre la respuesta al por qué crecen las economías depende de tres factores: la inversión, la educación y el progreso tecnológico; en otras palabras, “hoy somos muchos más productivos porque las máquinas que utilizamos son mucho mejores y porque nuestro nivel de conocimientos es muy superior al que teníamos hace un siglo” (pág. 9). Sin embargo, Acemoğlu (2003), amplía esta definición exponiendo que las instituciones económicas importan para el crecimiento económico porque ellas forman los incentivos en los actores claves en la sociedad, en particular, ellas influencian inversiones y capital físico y humano, la tecnología, y la organización de la producción. A pesar de que factores culturales y geográficos pueden importar también en el desempeño económico, diferencias en instituciones económicas son la mayor fuente de crecimiento económico y prosperidad entre los países. (pág. 24)

North (1991) define a las instituciones como “Las reglas del juego” o, más formalmente, “Las limitaciones humanamente ideadas que estructuran la interacción política, económica y social” (pág. 2); siendo las instituciones económicas las que determinan, según Acemoğlu (2003) “las reglas económicas del juego o, particularmente, el nivel de aplicación del grado de propiedad, el conjunto de contratos que pueden ser escritos y aplicados y, algunas reglas y regulaciones que determinan las oportunidades económicas dispuestas para los agentes” (pág. 12).

Acemoğlu, Johnson y Robinson (2005), por lo tanto, exponen que las instituciones son de primordial importancia para los resultados económicos porque influencian la estructura de los incentivos económicos en la sociedad y ayudan a asignar los recursos de una manera eficiente, determinando quién obtiene beneficios, ingresos y derechos. También exponen que las sociedades con instituciones económicas que facilitan y alientan la acumulación de factores, innovación y asignación eficiente de recursos, prosperarán (pág. 389).

Ray Chaudhuri (2018), indica que los bancos centrales modernos tuvieron su origen mucho después, en el año 1609 en capital holandesa, cuando el país era aún parte de la República de las Siete Provincias Unidas. El Banco Central de Ámsterdam fue el pionero debido a que desempeñó actividades asociadas a los bancos centrales modernos, como aceptar depósitos y otorgar créditos en divisas. En 1657 el Banco Central de Suecia fue creado por un comerciante holandés como Stockholms Banco, después de obtener un permiso del Rey Charles X Gustav. Más tarde, por Decreto Real, dada la necesidad de financiamiento para la Guerra de la Gran Alianza, también llamada Guerra de los Nueve Años, se establece el segundo banco más antiguo, el Banco de Inglaterra en el año 1694, al ser formulada por el Primer Lord del Tesoro de Inglaterra y un amigo muy cercano a Sir Isaac Newton, Charles Montagu, the Bank of England Act.

El Banco de España, el tercer banco más antiguo del mundo, en el mandato del Rey Carlos III, y el Banco de Francia, bajo el mandato de Napoleón Bonaparte como Primer Cónsul de Francia, se establecieron en los años 1782 y 1800, respectivamente y, a partir de estos, inició en Europa, específicamente en los países nórdicos, la diáspora de fundación de los Bancos Centrales

Ahora bien, al ser el Banco Central una de las instituciones de carácter esencial en la vida económica de un país, debe considerarse que uno de los retos más importantes que tiene como institución es ser creíble, y esto se logra, según Blanchard (2006), comprometiéndose a no desviarse de su política anunciada, siendo una de las soluciones declarar la independencia del Banco Central (pág. 579). Cuando se habla de independencia de un Banco Central, se refiere a la libertad del banco para tomar decisiones concernientes a la Política Monetaria. La independencia, puede ser clasificada en independencia política que, según Bade y Parkin (1988), es “la capacidad del Banco Central de seleccionar sus objetivos políticos sin la influencia del gobierno” y en independencia económica, ídem (1988) “capacidad para utilizar instrumentos de política monetaria sin restricciones” (pág. 589).

La independencia de los bancos centrales es un concepto que se ha popularizado mucho en las últimas décadas, sobre todo desde 1957 cuando el Deutsche Bundesbank, el Banco Central de Alemania, estableció legalmente por primera vez en sus estatutos su independencia. Esto permite que las expectativas del público y la actuación de la institución monetaria sean cónsonas con la planificación previamente establecida con la institución. Dado que la independencia surge como resultado de un establecimiento de normas, leyes y principios establecidos en los estatutos de un banco, para posibilitar su introducción a un modelo econométrico como variable y determinar si efectivamente es representativa en el crecimiento económico, se toma como referencia un índice que es posible a partir de la codificación de las disposiciones legales de las dimensiones financieras y políticas establecidas por cada autoridad monetaria.

Los autores que han contribuido a esta vasta literatura no siempre han estado de acuerdo con la idea de independizar el Banco Central. En contraste con los autores antes mencionados, Mishkin (2008), expone que aquellos que proponen que el control del Banco Central recaiga en el presidente del país argumentan que no es democrático tener una política monetaria controlada por un grupo elitista que no es responsable ante nadie y no se debería carecer de control sobre la agencia de gobierno más importante en la determinación del bienestar de la economía. Para ilustrar, si el Banco Central tiene un desempeño deficiente, no está previsto reemplazar a sus miembros. Además, para lograr un programa coherente que promueva la estabilidad económica, la política monetaria debe estar coordinada con la política fiscal, para evitar que ambas funcionen en contraposición (pág. 329). El economista Milton Friedman (1982) también aboga por un Banco Central controlado y supervisado, indicando que, de lo contrario, puede convertirse en un cuerpo burocrático que no responde al bienestar social.

Según Bernanke y Frank (2007), cuando el Banco Central es más independiente, aumenta su credibilidad y los resultados económicos generales son mejores, ya que se puede fomentar la estabilidad económica general (p.394). Organizaciones institucionales como the Bank for International Settlements, the International Monetary Fund y the World Bank, apoyan fuertemente la independencia del Banco Central. Previos estudios empíricos, como el desarrollado por Garriga (2016), ha concluido en una relación positiva entre el crecimiento y la independencia del Banco Central en países en vías de desarrollo, sin embargo, no encontraron relación entre la independencia de los bancos centrales y el crecimiento económico de los países desarrollados (pág. 24). Alesina y Summers (1993), por otra parte, no observaron relación alguna entre la independencia de los bancos centrales y el crecimiento económico (pág. 591).

La investigación tiene como objetivo general determinar si el crecimiento económico puede ser explicado por la independencia del Banco Central. El tipo de investigación es explicativa, pues se busca detectar la relación entre el crecimiento económico y la dependencia del Banco Central. El diseño de la investigación es documental, ya que recupera, busca y analiza datos secundarios, es decir, datos obtenidos por otros investigadores en fuentes documentales.

Metodología y resultados

La metodología aplicada para la investigación fue la realización de un modelo de crecimiento económico base, que explica al producto interno bruto per cápita a partir de las variables capital efectivo, productividad total de factores y actividad económica del periodo anterior. Estas variables se tomaron en consideración en base a los modelos económicos de Ramsey (1928), Harrod-Domar (1939), Solow – Swan (1956), Solow – Swan (1956) y Solow-Swan ampliado (1992), que sugieren, de acuerdo a una literatura económica existente, que influyen en el crecimiento económico. A pesar de que el modelo es estadísticamente mejorable, cumple con los signos esperados y  las variables son significativas, por lo que se adapta a la investigación. Una vez corroborado que el modelo es válido, se procede a incluir la variable de interés: la independencia del banco central medida a partir del índice de Cukierman, Webb y Neyapti (1992), replicado por Garriga (2019).

El índice de Cukierman, Webb y Neyapti (1992), es considerado, junto con el de Grilli, Masciandro y Tabellini (1991), el índice de independencia del Banco Central de los más robustos. Fue realizado a una muestra variada de 72 países de todos los continentes del mundo, durante el periodo 1950-1989. Es una matriz que contempla la mayoría de los criterios que consideran otros autores, pero de una manera más metódica y extensa. Contempla tanto la independencia legal, es decir, la independencia de jure, como la independencia de facto, a partir de criterios como la tasa de rotación de presidentes del Banco Central y un cuestionario enviado a especialistas de política monetaria que trabajan en bancos centrales. Este índice es replicado por Garriga (2016), quien posteriormente (2019) agrega correcciones. A continuación, se aprecian los criterios evaluados por este índice:

Tabla 1: Matriz para calcular el índice de independencia del Banco Central propuesta por Cukierman, Web y Neyapti (1992)

Fuente: Elaboración propia

En este segundo modelo, la independencia del banco central resulta ser una variable estadísticamente significativa y el signo esperado de ésta y de todas las demás variables explicativas de ambos modelos, coinciden con la teoría económica, además, a partir del modelo cointegrado se puede tener evidencia de que existen relaciones a largo plazo entre las variables, aunque la independencia del Banco Central resultó no ser estadísticamente significativa.

Debido a los resultados obtenidos, existe suficiente evidencia estadística para indicar que la variable independencia del Banco Central, medida a partir de un índice, explica al crecimiento económico de los países muestreados durante el periodo 1970-2012. Analizando su impacto, ceteris paribus, es decir, manteniendo todas las demás variables constantes, un aumento en el índice de independencia del Banco Central de un punto porcentual, conlleva a un aumento de 0,0774, en promedio, en el crecimiento económico. Ahora bien, considerando el modelo cointegrado referido en los anexos, en el largo plazo, ceteris paribus, es decir, manteniendo todas las demás variables constantes, un aumento en el índice de independencia del Banco Central de un punto porcentual, conlleva a un aumento de 0,0102, en promedio, en el crecimiento económico.

Además de esto, el trabajo de investigación se realizó un análisis por continente de la evolución de las variables crecimiento económico e independencia de los bancos centrales medida a partir del PIB real per cápita de la data del banco Mundial (2020) y del índice de Cukierman, Webb y Neyapti (1992), respectivamente. A nivel general, el comportamiento por continente de ambas variables es creciente alrededor de todo el periodo estudiado. Vale la pena destacar que, entre continentes, los países crecen y tienen un comportamiento de la independencia de su Banco Central a ritmos diferentes, uno más lentos que otros, sin embargo, a grandes rasgos, Europa presenta mayor nivel de crecimiento económico y de independencia del Banco Central, mientras África el menor.

Conclusiones

Son numerosos los aspectos que inciden en el crecimiento económico de un país, y los mismos pueden diferir entre las naciones ya que responden a características inherentes a cada economía. Tomando en consideración que uno de los aspectos que incide en el crecimiento económico de los países son sus instituciones económicas, de forma general, el presente trabajo de investigación permite detectar esta relación y concluir que las instituciones formales referidas como el nivel de independencia del Banco Central explican y tiene un impacto positivo en el crecimiento económico de los 40 países durante el periodo 1970-2012, conjuntamente con las otras variables incluidas en el modelo base de crecimiento económico, lo que es cónsono con la teoría económica. Además, la variable es estadísticamente significativa.

A nivel general se puede observar que, en el periodo de estudio, los países muestreados han evidenciado una tendencia ascendente en el crecimiento económico, asimismo, los bancos centrales muestreados, han aumentado, aunque en distinta proporción, sus niveles de independencia, por lo tanto, se puede esperar que estos resultados se sigan evidenciando en el futuro, de manera que, a lo largo del tiempo, la institución monetaria ejerza sus funciones con autonomía plena con relación al Poder Ejecutivo y Legislativo vigente de las naciones.

La investigación respalda y aporta otros conocimientos y resultados sobre el tema, por ejemplo, a diferencia de los resultados proporcionados en el estudio realizado por Alesina y Summers (1993), en este trabajo de investigación se concluye que existe una relación positiva entre el índice de independencia del Banco Central y el crecimiento económico de los países muestreados en el periodo de estudio, lo que implica que, a rasgos generales, mayores niveles de independencia reportan mayores niveles de bienestar de la sociedad de un país y de la calidad de vida de sus habitantes. Este resultado otorga un argumento diferente y adicional al debate y a la evidencia empírica sobre conferir o no independencia al Banco Central, así como de sus implicaciones económicas.

Finalmente, con el análisis de datos de panel, cuyos resultados permiten conclusiones más robustas ya que considera una muestra de 40 países y un periodo de estudio de 43 años, es posible dar respuesta a la interrogante del problema de investigación y cumplir con el objetivo general de la investigación, determinando que efectivamente el crecimiento económico puede ser explicado por la independencia del Banco Central.

Recomendaciones

Como recomendación a futuras investigaciones acerca de este tema, es pertinente sugerir que, de ser posible, se amplíe el periodo de estudio a fechas más cercanas para proporcionar resultados más actualizados sobre el tema. Vale la pena mencionar que, si se desea realizar un estudio más actualizado, debe considerarse el aspecto mencionado por Cukierman, Webb y Neyapti (1992), Mangano (1998), Garriga (2016), quienes indican que la medición de la independencia está sujeta a la subjetividad del investigador en muchos casos, por lo que es recomendable ser siempre cónsonos a lo largo del tiempo en la medición de un índice, de lo contrario pueden hacerse suposiciones arbitrarias y el índice puede derivar en conclusiones erradas.

Además, es importante hacer referencia a una observación proporcionada por Garriga (2016) y Ray Chaudhuri (2018): las medidas basadas en los estatutos no anticipan ni contemplan todas las contingencias que pueden afectar la relación entre el Banco Central y el gobierno. Esto implica que esta medida de independencia no debe ser un único criterio contundente. Por lo tanto, es recomendable no regirse únicamente por la independencia de jure de los bancos centrales. Para llegar a resultados más concluyentes, es pertinente realizar otro tipo de mediciones, como la independencia de facto, como por ejemplo la realizada por Cukierman, Webb y Neyapti (1992), ya que, en ocasiones, a pesar de que los estatutos indiquen altos niveles de independencia, si se aúnan otros indicadores como el ratio de rotación de cambios del gobernador del Banco Central, se pueden obtener resultados más robustos.

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Referencias consultadas

Acemoglu, D. (2003). Political Economy Lecture Notes. MIT Economics.

Acemoglu, D., Johnson, S., Robinson, J. (2005). Institutions as A Fundamental Cause of Long-Run Growth. En Aghion, P., Durlauf, S. (Volumen IA) Handbook of Economic Growth. (pp. 386- 464). MIT Economics.

Alesina, A., Summers, L. (1993). Central Bank Independence and Macroeconomic Performance: Some Comparative Evidence. En Journal of Money Credit and Banking 25, 2, mayo, 151-162.

Bade, R., Parkin, M. (1988). Central Bank Laws and Monetary Polícy. Ontario, Canadá: University of Western Ontario London.

Banco Mundial. (2020). PIB (US$ a precios constantes de 2010). Recuperado de https://datos.bancomundial.org/indicador/NY.GDP.MKTP.KD

Blanchard, O. (2006). Macroeconomía. Cuarta edición. Madrid, España: Pearson Educación S.A.

Bernanke, S., Frank, R. (2007). Macroeconomía. Tercera edición. Madrid, España: McGraw- Hill Companies, Inc.

García, M. (2020). Relación entre el índice de independencia del Banco Central y el Crecimiento Económico para una muestra de 40 países en el periodo 1970-2012. Universidad Metropolitana. Caracas, Venezuela. Recuperado de https://ceterisparibusvenezuela.com/wp-content/uploads/2021/05/relacion-entre-el-indice-de-independencia-del-banco-central-y-el-crecimiento-economico-para-una-muestra-de-40-paises-en-el-periodo-1970-2012-3.pdf

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Mishkin, F. (2008). Moneda, banca y mercados financieros. Octava edición. México: Pearson Educación

North, D. (1991). Institutions. The Journal of Economic Perspectives. Vol. 5, No. 1.

Sala-i-Martin, X. (2000). Apuntes de Crecimiento Económico. Segunda edición. Barcelona, España. Antoni Bosch editor.