¿Por qué escasea el efectivo en Venezuela?

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Imagen: Crónica Uno

Por Jesús Martínez

Caracas, 21 de diciembre de 2020

La economía venezolana sufre, sin lugar a dudas, uno de sus momentos más dramáticos. La producción agregada cae aceleradamente, la industria petrolera se encuentra en terapia intensiva. Mientras, por otro lado, crece aceleradamente la inflación, sin contar el escenario de crisis de servicios públicos, emergencia sanitaria y desajustes fiscales. Es en este contexto tan convulso que ha surgido lo que se ha convertido hoy en un verdadero drama para el venezolano de a pie: la escasez de efectivo. Esto no es algo nuevo, puesto que desde 2017 se sufre esta problemática. Pero este año 2020, la situación ha empeorado con el impacto de la cuarentena por el COVID-19, estando los bancos cerrados por espacio de 4 meses.

Para muchos es aún inentendible por qué o hacia dónde ha ido el efectivo que es tan necesario para nuestras transacciones diarias. Las declaraciones oficiales señalan a ciertas mafias que operarían desde Cúcuta, departamento de Norte de Santander en Colombia, como los responsables d esta situación. De acuerdo con esta versión, los bolívares estarían siendo extraídos para su lavado y posterior venta.

La crisis del efectivo ha llegado a tal punto que ya es común ver diariamente en las puertas de los bancos largas colas para retirar dinero. Debido a la escasez de billetes, la banca ha tenido que establecer límites de retiro semanales, cantidad que es insuficiente para cubrir siquiera el costo del transporte público, necesario para que los trabajadores puedan llegar a sus sitios de trabajo. Ante esta situación, muchas personas han apelado al uso de divisas, que son aceptadas muy por debajo de la tasa del día e incluso realizando trueque, dando un kilo de arroz o de harina, por efectivo.

Algunas de las distorsiones que ha generado la escasez de efectivo es que los productos y servicios tengan diferencias significativas en cuanto a su precio en efectivo y por punto de venta. De hecho, comprar en efectivo se ha vuelto una forma de conseguir los productos mucho más baratos, desde un cartón de huevos, un kilo de arroz, hasta un pasaje al interior del país.

El efectivo, de hecho, ha pasado a convertirse en una mercancía más, teniendo en consecuencia un precio por encima de su valor nominal. Por esta razón, en el comercio informal también “se vende” el efectivo. Así, obtener, digamos, Bs 1.000.000 en efectivo puede costar el doble por transferencia, con lo que el “comerciante de efectivo” obtiene una ganancia del 100%. Debido a esto, prácticamente han desaparecido las transacciones grandes en efectivo (para las cuales se prefieren las transferencias bancarias o se pagan en dólares) siendo los billetes de bolívares ahora utilizados únicamente para operaciones muy esenciales como el pago de servicios domésticos, compra de algunos consumibles, transporte o gasolina.

¿Hay menos “dinero” en la economía?

Para empezar a entender el porqué de la escasez de efectivo en el país. Lo primero que es importante aclarar al lector es que es normal que el efectivo tenga “un precio” dado que los billetes y monedas funcionan como cualquier bien en la economía. Atendiendo a la ley de oferta y demanda, se hacen más o menos valiosos en la medida en que se haga escaso o haya una sobreoferta, respectivamente. En este hecho está la explicación de por qué hoy nos cueste más pagar, por ejemplo, una harina de maíz que tenga un valor de Bs 1.200.000 en efectivo que una que valga nominalmente el doble por punto de venta. Pero durante la hiperinflación de la República de Weimar los niños hacían cometas con billetes en efectivo en lugar de papel.

Una vez comprendido esto, es clave entender de dónde surge nuestra escasez de efectivo, ¿es porque hay menos billetes? ¿o se debe a otras causas? Tal como se puede observar en la siguiente gráfica, la cantidad de monedas y billetes en circulación expresados en términos nominales (cantidad de Bs) ha crecido de manera sostenida desde enero de 2018 a octubre de 2020. Es decir, no es que ahora haya menos dinero en la economía.

Imagen: Elaboración propia

Como es conocido, a día de hoy, ningún billete o moneda del cono inicial lanzado por el Banco Central de Venezuela en agosto de 2018 (0,5 Bs – 500 Bs) está circulando ¿Son esos billetes los que han extraído a Colombia? ¿el incremento nominal del dinero se debe a mayor impresión de billetes de alta denominación?

Imagen: Elaboración propia

La gráfica previa con datos del Banco Central de Venezuela (BCV) nos muestra que, de hecho, gran parte del porcentaje de monedas y billetes aún en circulación en el país (expresado en número de piezas) lo representan billetes de baja denominación que aún no han sido retirados de la economía. Con esto en cuenta, la teoría de la extracción de billetes podría ser desestimada.

Entendiendo la escasez de efectivo

En pocas palabras, lo que en realidad sucede es que la inflación hace que los billetes pierdan su capacidad de compra. Es decir, debido al ritmo de la inflación cada vez se necesita una cantidad mayor de billetes para las transacciones diarias lo que genera una escasez relativa de efectivo. Para ilustrar al lector en cuanto a lo que esta escasez relativa se refiere es importante un ejemplo:

Para agosto de 2018, un pasaje mínimo urbano en Caracas tenía, en promedio, un costo de 100.000 Bs.F o 1 Bolívar Soberano (Bs). El billete de mayor denominación con la introducción del Bolívar Soberano era el billete de 500 Bs, por lo tanto, para aquel momento con un solo billete de 500 una persona podía cubrir hasta 500 pasajes en transporte público, lo cual suponiendo que utilizara un transporte de ida y vuelta diariamente, y los precios no variaran, le alcanzaban a esa persona para cubrir sus necesidades de efectivo para transporte durante 250 días.

Hoy el costo de un pasaje, en promedio, es de 100.000 Bs, por lo tanto, este mismo billete (que ya no está en circulación) cubriría solo 0,005 pasajes, o lo que es lo mismo, necesitamos 200 billetes de 500 para pagar un solo pasaje. De esta manera, recuperar el poder de compra real por billete de agosto de 2018 requeriría, en promedio, la impresión de otros 100.000 billetes hoy. Actualmente el billete de mayor denominación es de 50.000 Bs y ya de por sí es insuficiente para cubrir un gasto tan básico.

Esto es un caso recurrente en países con alta inflación. Pero se vuelve un proceso descontrolado cuando existe hiperinflación. En el caso de Venezuela, la inflación se debe al acelerado ritmo con el que el Banco Central de Venezuela ha monetizado el déficit fiscal del gobierno mediante el aumento de la liquidez monetaria, pero recordemos que la liquidez no solo está conformada por billetes y monedas, sino fundamentalmente por «dinero no físico» como lo son los depósitos a la vista y los depósitos de ahorro.

¿Qué ha hecho el BCV?

Los datos del propio BCV muestran cómo la institución ha estado tratando de lidiar con las complejidades derivadas de su errática política monetaria. En la siguiente gráfica se puede observar el porcentaje que representan las monedas y billetes con respecto a la liquidez monetaria total (incluye dinero, cuentas corrientes y de ahorro y cuasidinero) desde enero 2018 a octubre 2020.

Hay varios hitos importantes. Primero que todo, recordemos que la hiperinflación estalló oficialmente en noviembre de 2017, por lo que durante todo el 2018 ya se veía una crisis importante con la escasez de efectivo. Para enero de 2018, los billetes y monedas representaron un 4,70%, seis meses después sólo representaban 0,95%, su punto más bajo.

Esto, sin lugar a dudas forzó la decisión de una reconversión monetaria por parte del Gobierno Nacional en agosto de 2018. Ese mismo mes creció la proporción a 1,32% y en tres meses alcanzó un 8,92% rápidamente, aliviándose brevemente los requerimientos de efectivo. Durante 2019 prácticamente no hubo problemas de escasez de efectivo, con excepción de marzo debido al apagón nacional.

Pero en este año 2020 en particular, el peso de las monedas y billetes dentro de la liquidez ha caído de forma sostenida. Como se puede observar, para febrero se ubicó en 7,63% mientras que para octubre en tan solo 3,14%.

Imagen: Elaboración propia

Lo que nos muestran los datos del BCV es que durante 2020 la liquidez ha tenido un aumento bastante acelerado, no así la cantidad de monedas y billetes, lo que ha generado que su peso relativo sea cada vez menor. El aumento de la liquidez por parte del BCV tiene entonces dos efectos aquí: Por un lado impulsar la inflación y por el otro hacer relativamente más escaso el efectivo ya que la velocidad de crecimiento no se puede ajustar y la inflación hace que cada vez necesitemos cada vez más billetes para cualquier tipo de transacción.

Precisamente este hecho ha generado que muchos billetes de bajo valor ya no sean aceptados porque las operaciones con muchos billetes de baja denominación son muy engorrosas ¿Cuál ha sido la estrategia del BCV? Básicamente reemplazar billetes de baja denominación que ya no son recibidos por personas, empresas y bancos en todo el territorio nacional por billetes de mayor denominación. Como se puede observar, la mayor proporción de las piezas retiradas del sistema financiero han sido billetes de 2 y 5 Bs, seguido de billetes de 10 y 50 Bs. Incluso desde la misma reconversión monetaria hasta marzo de 2020.

Imagen: Elaboración propia

En la siguiente gráfica vemos como en el primer semestre posterior al ingreso del nuevo cono monetario, la mayor proporción de las emisiones eran billetes de 2, 5 y 10 Bs, pero en la medida que se aceleraba la inflación, el Banco Central de Venezuela se enfocó cada vez más en emitir billetes de 100, 200 y 500 Bs. Desde junio de 2019 cuando ingresaron las nuevas tres piezas del cono monetario (10.000, 20.000 y 50.000 Bs), el Banco Central de Venezuela dejó completamente de lado el cono inicial y se dedicó a solo imprimir billetes de la más alta denominación. Para el último mes de registro (octubre 2020), el BCV sólo emitió billetes de 20.000 y 50.000 Bs.

Imagen: Elaboración propia

Esta estrategia ha tenido algún impacto pero se ha quedado corta. Tal como hemos comentado, las transacciones con efectivo exigen más billetes y de mayor denominación cuando los precios aumentan diariamente, como ocurre en hiperinflación. Esto genera un problema de escasez crónica de monedas y billetes porque la oferta disponible se hace insuficiente de forma constante. En la siguiente gráfica se aprecia la evolución en la cantidad de monedas y billetes en circulación, pero esta vez medido en términos reales (deflactado por inflación) desde 2018 a 2020. En línea con el razonamiento anterior, lo que vemos es que la cantidad real de efectivo desde la reconversión monetaria ha venido en picada. Esto se debe a que la inflación hace que pierda su valor real.

Imagen: Elaboración propia

La única forma en que esto se viera compensado es que, o bien, el cono monetario sea actualizado con suficiente frecuencia para que las piezas mantengan su poder adquisitivo real (como se vio en la gráfica anterior desde la reconversión, en verde, hasta los meses inmediatamente siguientes) o que el ritmo de crecimiento del dinero estuviera siempre por encima de la inflación, pero esto, en términos prácticos, es muy complejo dado que la expansión del dinero precisamente estimula el nivel de precios. Por lo tanto, se convertiría en un círculo vicioso. Sin contar que producir billetes, paradójicamente, es una actividad que cuesta dinero, puesto que el papel moneda tiene un valor intrínseco.

Observe a continuación cómo la inflación solo estuvo por debajo del crecimiento del dinero en los meses de la reconversión. Esto relajó las presiones en cuanto a la escasez por unos meses. No obstante, en cuanto se normalizó el crecimiento del dinero, el proceso inflacionario lo volvió a superar. De acuerdo con datos del Banco Central de Venezuela, en 2018 la cantidad de efectivo creció en promedio 131%, teniendo su pico en septiembre (822%); en 2019, 39%; y en 2020 solo 11%. Mientras que la inflación fue de 130.060%  y 9.585%, respectivamente, y se espera que cierre en 2020 en 6.500% de acuerdo al Fondo Monetario Internacional.

Imagen: Elaboración propia

Conclusiones

Es necesario la aplicación de correctivos para detener la inflación, que es el verdadero y el mayor de los problemas que atraviesa el país. Cualquier política adicional que se lleve a cabo es secundaria, el origen de muchos de los males que atraviesa Venezuela es el erosionado poder adquisitivo producto de un elevado nivel de precios. Por lo tanto, no es viable atacar la consecuencia del problema (escasez de efectivo) mediante meros paliativos como conversiones monetarias o la ampliación del cono de billetes en circulación, pues perderán vigencia en cuestión de meses -sino de semanas- ya que el problema radica en el proceso hiperinflacionario.

Hoy el venezolano se ha forzado a sustituir el bolívar por otras monedas y por otros medios de intercambio debido a la escasez de la moneda nacional, lo que dificulta aún más sus transacciones y desmejora su estándar de vida. Si bien no existe una regla formal de cuánto debe ser la proporción de efectivo sobre la liquidez, lo cierto es que esta debería ser suficiente como para cubrir la demanda requerida para las transacciones diarias por parte de los agentes económicos.

Como plan de acción inminente, se requeriría de una estrategia de estabilización coordinada y coherente, que considere aspectos institucionales, fiscales, monetarios y comerciales, para poder eliminar las distorsiones en los precios, además de reestructurar el Banco Central de Venezuela como institución para que recupere su autonomía y el venezolano pueda volver a confiar en él y en su gestión como protector de la moneda nacional, tal como establece la propia Constitución de la República.