Por: María Eugenia García y Jesús Martínez
Caracas, 30 de noviembre de 2020
En términos simples la hiperinflación consiste en el registro de una tasa de inflación muy elevada lo que, posteriormente, conlleva a una pérdida sostenida del poder adquisitivo de la moneda a un ritmo muy acelerado. Aunque especialistas en el área aún debaten sobre una cifra exacta que indique cuándo nos encontramos en un estado de hiperinflación, la más aceptada es la propuesta por Philip Cagan, primer estudioso de este fenómeno, quien dice que esta se alcanza cuando la inflación mensual asciende a más del 50%.
Steve Hanks, académico de la Universidad John Hopkins, aseguró en una entrevista a la BBC (2015) que la hiperinflación, en la mayoría de los casos, es resultado de una sobreoferta excesiva del dinero circulante no correspondido por un aumento similar en la cantidad de bienes y servicios en la economía nacional y agrega que “en muchos casos la hiperinflación resulta de la impresión de moneda por el gobierno para resolver déficits fiscales (…). Con más dinero persiguiendo los mismos bienes y servicios, aumenta rápidamente el valor de esos bienes medido en la moneda nacional”.
Los casos de hiperinflación son muy raros en la historia. Este fenómeno “suele presentarse a causa de algún acontecimiento violento, de gran impacto, como una guerra civil o (un conflicto) contra otro país” (Barba, 2012). Toro Hardy (1993), por su parte, afirma que las economías que la padecen sufren un “proceso de desintegración” y para Da Silva (2016) “la hiperinflación básicamente destruye la economía”.
A través de los ejemplos de hiperinflación en la historia podemos corroborar estas afirmaciones, concluyendo finalmente que los episodios de inflación descontrolada no solo han logrado pulverizar rápidamente todo el sistema económico sino también el social trayendo de forma inminente sobre el país caos y desconcierto.
Antecedentes
Un caso muy particular fue el de la China que entre 1937 y 1949 experimentó el episodio de inflación más grave de su historia moderna. Durante la década de 1940, posterior a la II Guerra Mundial, este país aún se encontraba dividido por una cruenta guerra civil (Guerra civil china 1927-1950) en el que la moneda ocupó una posición preponderante durante todo el conflicto, pues se llevó a cabo una especie de “enfrentamiento bélico monetario” entre las partes: los nacionalistas liderados por Chiang Kai-Shek y los comunistas de Mao Tse Tung.
La causa inmediata de la inflación es fácil de aislar: el gobierno nacionalista inyectó continuamente grandes cantidades de papel moneda en la economía china para financiar la larga contienda. Para ello se recurrieron durante esos años a enormes déficits presupuestarios, que luego se intentaron resolver mediante la impresión de dinero, lo que rápidamente condujo a una alta inflación y asimismo a una delicada situación de resquebrajamiento social y político en el país asiático.
Para comprender la situación de la China continental en su totalidad hay que bosquejar un poco el contexto de aquel país durante este tiempo. Para empezar, se debe saber que para la época la nación oriental no contaba con un banco central. El sistema monetario chino se basaba en una extensa red de bancos privados que operaban en las diferentes regiones del país. Dichas entidades funcionaban como cualquier otro negocio, operaban sin mayores controles estatales y, de hecho, no existía una única moneda de curso legal, sino que cada una podía emitir sus propias “notas” o billetes que circulaban libremente. Asimismo toda la economía china funcionaba bajo un estándar plata.
Política monetaria nacionalista
A la llegada al poder de los nacionalistas (1927), Chiang Kai-Shek inició un largo proceso para eliminar la banca libre en China aplicando un “enfoque incremental” mediante el cual pudo poco a poco monopolizar la moneda.
El gobierno de Chiang mantenía un excesivo gasto fiscal producto de los distintos conflictos bélicos y en aquel momento la vía más expedita para financiar la guerra, sin apelar a acciones como la subida de impuestos u otros mecanismos impopulares, era el de obtener recursos mediante el endeudamiento del Estado. Pues los préstamos del exterior llegaban “demasiado tarde y demasiado poco”, estos en su mayoría provenían de los Estados Unidos, aliado de los nacionalistas, y consistían principalmente en créditos para la compra de bienes (Xun, s.f.).
Las instituciones financieras locales estuvieron dispuestas a ceder al gobierno cuantiosos préstamos a cambio de protección contra los sindicales comunistas. Solo en el primer año, los préstamos representaron el 49% de los ingresos del gobierno (Hewitt, 2007). No obstante, los dirigentes de bancos chinos comenzaron a preocuparse de la capacidad gubernamental por atender la deuda y se negaron a seguir otorgando empréstitos, situación a la que respondió Chiang de la misma manera que con los huelguistas: los llevó a la cárcel como rebeldes políticos y sus bienes fueron confiscados.
En 1928 se crea el Banco Central de China y el gobierno comienza rápidamente a ofrecer a los bancos privados grandes cantidades de bonos como garantía por la deuda. Para asegurar la compra, los títulos llevaron altas tasas de interés y se vendieron a descuentos sustanciales de sus valores faciales. Por ejemplo, el gobierno vendió títulos en 1931 a poco más del 50% de su valor nominal (Habbeger, 1988). Aunque mediante estos bonos no se arregló la situación financiera, según lo previsto, los bancos ahora estaban económicamente dependientes del gobierno y, además, se lograba aplazar los problemas financieros hasta el vencimiento de los bonos.
Shock internacional
El estallido de la guerra chino-japonesa (1937-1945) fue un gran golpe a la economía nacionalista, pues los bonos del gobierno ahora se vendían por poco menos del 50% de su valor nominal. Aunado a esto el ejército japonés ocupó más de un tercio de China (Manchuria) incluyendo prácticamente todas las principales ciudades portuarias del país y centros industriales, la zona más productiva en China. La consecuencia inmediata fue la pérdida de la base fiscal de aduanas e industrias y, consecuentemente, los precios empezaron a aumentar rápidamente.
Sin embargo, la acción de mayor influencia en la situación económica vendría desde los Estados Unidos en 1934 cuando Franklin Delano Roosevelt promulga la Ley de Compra de Plata mediante la cual el Tesoro de los Estados Unidos se embarca en una compra masiva de plata que trajo como resultado un alza enorme en los precios del mineral e impulsó una salida gigantesca de plata desde los puertos chinos ocasionando una profunda recesión deflacionaria.
La apreciación de la moneda china resultó catastrófico para el gobierno y las empresas, pues las deudas contraídas aumentaban a medida que los precios bajaban. El PIB de China cayó un 26%. El gobierno otorgó privilegios al Banco Central para obtener mayores divisas e impone controles para limitar las exportaciones de plata, pero, de igual forma, el metal se contrabandeaba a través de bancos de propiedad extranjera que no estaban atados a los reglamentos de China.
Inicios de la crisis
El gobierno nacionalista lejos de buscar ofrecer mejores incentivos a la banca para mejorar la situación económica emite a través del Banco Central la Ley del Banco de Ahorro según la cual los bancos privados debían tener una cuarta parte del total de sus ahorros en bonos del gobierno, pero los bancos en respuesta a la acción gubernamental empiezan rápidamente a liquidar los bonos a pérdida.
Posteriormente, se procede a la toma del Banco de China y el Banco de Comunicaciones, los dos bancos más importantes del país, y se creó un fondo de préstamos de emergencia con otros bancos para supuestamente prestar auxilios financieros a bancos pequeños. Lo establecido no se cumplió y el gobierno solo utilizó esta artimaña para hacer desembolsar dinero a los bancos y utilizarlo para hacerse accionista mayoritario en gran número de estas. Sus principales dirigentes fueron sacados y se designaron otros a dedo.
Los principales bancos del gobierno comenzaron a acaparar numerosas notas de bancos pequeños y cuando se hubo amasado una cantidad significativa se dispuso el canje por plata de manera simultánea, claramente estos bancos no contaban con la capacidad para canjear tales cantidades, así que el gobierno los declaró insolventes y se procedió a la toma de los mismos por “interés público”, con esto, los nacionalistas obtuvieron el control virtual de la banca.
Para 1935, el gobierno nacionalista efectivamente había terminado la banca privada en China, ya que era el accionista mayoritario en cada banco. Los recursos de los bancos chinos fueron utilizados para financiar el gobierno a través de la continua adquisición de bonos del gobierno. Pero incluso con los recursos de los bancos más grandes de China, el gobierno nacionalista apenas pudo permanecer solvente. Los negocios continuaron decayendo cuanta más plata era sacada de contrabando de China, es entonces cuando el Banco Central anuncia la salida oficial del país fuera del patrón plata y se hicieron billetes de banco de curso legal en todo el país (yenes nacionalistas o también denominados fapi) y el país se embarca en un modelo de dinero fiduciario con el gobierno en pleno control de la cantidad de dinero en emisión.
Estallido de la hiperinflación
Sin lugar a dudas, la política del Banco Central Chino pronto condujo al desastre monetario, pues solo resultó favorable para Chiang, ya que ahora no tenía ninguna restricción sobre el poder de girar la manivela de la imprenta de billetes y aumentar sus arcas con dinero que solo estaba respaldado por promesas del gobierno. Todo ello a pesar de los efectos sociales y económicos que posteriormente podría acarrear.
A causa de esto, China pasaría por una situación muy anómala en la historia de las hiperinflaciones, pues parte inicialmente de una situación aguda de deflación. Desde 1937 hasta 1945 es que comienza un proceso de acelerada inflación monetaria en el país a causa de la financiación de la guerra con Japón, especialmente entre 1943 y 1945 donde se alcanzó un tope de 302% acumulado y diario de 4,75%, de esta manera la duplicación de precios solo tomaba alrededor de 15 días.

Inmediatamente después, entre el período 1946 a 1949, para la guerra civil contra los comunistas comenzaría otro proceso de hiperinflación sin precedentes. Un estudio de Steve H. Hanke y Nicholas Krus estima que la tasa de inflación durante este período alcanzó su punto más alto con un 14% diario, es decir, que los precios en moneda corriente se duplicaban cada 5 días y 8 horas aproximadamente. También en abril de 1949 se alcanza la impresionante cifra de 5.070% acumulado.
Es decir, entre 1935 y 1949, China experimentó una hiperinflación en que los precios subieron más de mil veces. La expansión monetaria fue tan severa que los centros de impresión nacionalistas fueron incapaces de mantener el ritmo, y la moneda china impresa en Inglaterra tuvo que ser volada sobre el Himalaya (Habbeger, 1988).
Monetización del déficit
La inflación durante la guerra civil llegó a ser tan grave que muchos expertos afirman fue determinante para producir el colapso del régimen nacionalista, ya que el apoyo a Mao Tse Tung había crecido exponencialmente gracias a las fallidas políticas económicas de Chiang. Para Hewitt (2007) la hiperinflación fue “el inicio de un proceso que ayudaría a allanar el camino a la ascensión comunista en China ya que con un gobierno inepto y corrupto en el control de la oferta de dinero chino la inflación se produjo casi de inmediato”.
Sin embargo, del bando comunista también se colaboró al desastre fiscal, ya que los gastos de ambos bandos se financiaron con papel moneda, según Barba (2012) “los comunistas incluso pusieron en circulación divisas locales en las zonas que fueron controlando” y tampoco dudaron, si bien en menor cantidad, que el aparato gubernamental, en echar mano de la máquina de billetes. En este punto llegaron a coexistir hasta 10 monedas diferentes en el país, entre los que estaba el yen japonés militar (gunpyo) y un papel moneda comunista, por ello, el proceso hiperinflacionario no se vivió de la misma forma en toda la China.
Según Richard Ebeling (2010) para cuando estalló la guerra con Japón en 1937 la financiación del gasto a través de la imprenta de dinero abarcó del 65 al 80%, la cantidad total de dinero en circulación (efectivo y bonos) era de 3,6 millardos de yuanes, para el resto de los años de la guerra, las cifras fueron: 1942, 50,8 millardos; 1943, 100,2 millardos; 1944, 275 millardos mientras que para el final del conflicto en 1945 la oferta monetaria había ascendido a 1506,6 millardos de yuanes.
Por otro lado, para los años de la guerra civil, la expansión monetaria abarcó de 50 a 65% por ciento de los gastos del gobierno, no obstante la situación no fue ni tanto mejor ya que esto no significó que la impresión de dinero disminuyera, pues según el académico estadounidense hacia finales de 1946, la oferta monetaria había aumentado a 9.181,6 millardos de yuanes, con un incremento de más de seis veces a 60.965,5 millardos en diciembre de 1947 y siete meses más tarde, en julio de 1948, la oferta monetaria se había expandido a 399.091,6 millardos de yuanes.
Caída del régimen nacionalista y fin de la hiperinflación
El gobierno nacionalista en un desesperado intento por ocultar la inflación comienza a congelar los precios, salarios, los tipos de cambio y establece duras sanciones contra los “especuladores” del mercado negro. Los controles impuestos por el gobierno durante este tiempo sólo exacerba el problema creando aún más distorsiones y desequilibrios mientras llevaba a muchos segmentos de la población rural a condiciones de extrema pobreza
El gobierno además introduce una reforma monetaria que reemplaza los viejos billetes por nuevos “yuanes de oro”, a una razón de tres millones a uno (Barba, 2012). Esto trajo como consecuencia que la oferta monetaria total disminuyera a 296,8 millardos de yuanes. Sin embargo, nuevamente la oferta monetaria por parte del gobierno creció en forma exponencial a 8.186,3 millardos a finales de 1948 y en 1949, la oferta de dinero alcanzó 5.161.240 millardos de yuanes (Hewitt, 2007).
El valor del dinero chino continuó así una depreciación continua frente a las monedas extranjeras. Según información recabada por Ebeling (2010) en junio de 1937, el cambio de yuan a dólar estadounidense era de 3,41 yuanes por dólar. En 1941, en el mercado negro se situó en 18,93 yuanes por un dólar, en 1945, a 1.222 por dólar y para 1949, el cambio era de una astronómica cifra de 23.280.000 de yuanes por dólar, esta última cifra recuérdese además afectada con el cambio a “yuanes de oro” de tres millones a uno realizado por el gobierno.
Los intentos por reemplazar los yuanes de oro por “yuanes de plata” en 1949 fueron un fracaso total también. El caos inundaba al país y la presión social creció a un grado altísimo. Las pocas bases de apoyo al gobierno dictatorial de Chiang fueron finalmente minadas por la inflación. En ese sentido es claro que la destrucción del sistema monetario chino durante este período fue completamente determinante para el triunfo de Mao Tse Tung y el movimiento comunista en 1949 que aprovechó el momento político de gran malestar social.
Desde la liberación de Tianjin en enero de 1949 hasta los primeros días de la fundación de la nueva China, debido a la falta de material, las dificultades financieras, las fuerzas económicas estatales débiles y otros factores, continuaba el problema del aumento de los precios. Finalmente, la República Popular China fue establecida el 1 de octubre de 1949 en la persona de Mao y ello, según Barba (2012) coadyuvó al mejoramiento de la economía, pues “solo la centralización del poder en toda la China continental, alcanzada con la victoria de los comunistas sobre el decadente gobierno nacionalista, habría de traer mayor estabilidad hacia el primer trimestre de 1950”.
Habiendo consolidado su poder, Mao inició un programa de colectivización que duró hasta el año 1958. Se inició un proceso de expropiación de las tierras, se iniciaron grandes proyectos de industrialización y construcción de infraestructuras para facilitar los cambios económicos y sociales que China necesitaba en aquel momento. Además se fundó el Banco Popular de China, en una especie de refundación del Banco Central, se realizó una nueva conversión monetaria y se unificaron todos los billetes del país bajo un nuevo yuan (renminbi) lo cual redujo la cantidad de dinero en circulación. Asimismo, se prohibió el oro y el mercado negro de plata para el desarrollo de una política “clara”, dándole un mayor protagonismo al yuan en el mercado. También se implementó el negocio de ahorro real; una especie de negocio especial de cobertura que se inició con el fin de acabar con la especulación financiera y estabilizar el precio de mercado bajo la circunstancia de que el yuan seguía siendo inestable y el precio había fluctuado violentamente.
Durante este periodo, China tuvo un crecimiento interanual en el PNB de entre el 4 y el 9 % y la hiperinflación fue superada en relativamente poco tiempo, esto en gran medida gracias al gran apoyo monetario proveniente desde la Unión Soviética a través de numerosos auxilios financieros.
Referencias consultadas
Barba, G. (2012). Hiperinflación: cuidado, no es un cuento chino [mensaje de blog]. Inteligencia financiera global. Recuperado de: http://inteligenciafinancieraglobal.blogspot.com/2012/11/hiperinflacion-cuidado-no-es-un-cuento.html
Boesler, M. (2014). Casos de hiperinflación. Fundamentos de economía. Recuperado de: http://fundamentos-economia-uns.blogspot.com/201 4/04/9-casos-de-hiperinflacion-para-no-imitar.html
Burdekin, R & Hsin-hui. (2001). Exporting Hyperinflation: The Long Arm of Chiang Kai-Shek. Claremont McKenna College. Recuperado de: https://core.ac.uk/download/pdf/6494586.pdf
Da Silva, L. (2016). Hiperinflación: causas, consecuencias y peligros. Sumarium. Recuperado de: http://sumarium.com/hiperinflacion-causas-consecuencias-y-peligros/
Ebeling, R. (2010). The Great Chinese Inflation. Foundation of Economic Education. Recuperado de: https://fee.org/articles/the-great-chinese-inflation/
Habegger, J. (1988). Origins of the Chinese Hyperinflation. Foundation of Economic Education. Recuperado de: https://fee.org/articles/origins-of-the-chinese-hyperinflation/
Hewitt, M. (2007). Hyperinflation in China (1937-1949). Market Oracle. Recuperado de: http://www.marketoracle.co.uk/Article1068.html
Redacción de BBC. (2015) ¿Qué es la hiperinflación? BBC. Recuperado de: http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/07/150713_economia_que_es_hiperinflacion_venezuela_lf
Toro, J. (1993). La inflación: conceptos básicos
Xun, Y. (s.f.). How the Chinese inflation developed during the Second World War and how it is affected by the progress of war? A regional comparison. Recuperado de: http://www.lse.ac.uk/economicHistory/seminars/EH590Workshop/papers/yan.pdf

