Entrevista con Mariano Puigvert: Trump vs Biden – Análisis de sus políticas económicas

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Imagen: Palabras Claras

Por: María Eugenia García y Jesús Martínez

Caracas, 26 de octubre 2020

Los puntos de vista aquí expresados son propiedad exclusiva del entrevistado y no necesariamente reflejan la opinión de Ceteris Paribus.

El mundo centra su atención en un evento cumbre cuyas consecuencias sin duda repercutirán a lo largo de todo el mundo en muchos aspectos, como la política exterior, el comercio internacional, la economía y los negocios: Las elecciones presidenciales de los Estados Unidos. Estas serán las quincuagésimas novenas elecciones de la nación americana y serán celebradas el próximo martes 3 de noviembre. Actualmente existe mucha incertidumbre sobre cuál de los candidatos resultará electo. Al día de hoy 26 de octubre, una semana antes de las elecciones, ya son numerosas las encuestadoras que apuntan a una posible elección del candidato Joe Biden con rangos de probabilidad a favor de entre el 85 y el 92%. No obstante, aún nada está dicho.

Los candidatos en cuestión, Joe Biden y el actual presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, proponen visiones totalmente contrapuestas, mantienen posiciones muy diferentes en cuanto a temas económicos, sociales, políticos, en materia de salud, educación, medio ambiente, hasta maneras de afrontar el COVID-19. Para explorar más sobre este interesante tema y sus implicaciones en el plano económico, hemos entrevistado a Mariano Puigvert, comunicador social y cursante de la Maestría en Gerencia Pública del IESA. Puigvert es director de UNITY una firma de consultoría y servicios para empresarios y emprendedores, entre cuyos servicios está el análisis de entorno y los estudios de mercado. También ha sido articulista de los portales CriptoNoticias y de LatinLex, razón por la cual se ha mantiene en línea de la información más actual sobre varios países tanto a nivel económico, como comunicacional, político y legal.

En su opinión ¿cómo calificaría el desempeño de la economía americana en los últimos años liderada por los demócratas en comparación con los republicanos?

Comparar el desempeño económico de la administración Trump con el de la administración Obama es algo que, de partida, sería injusto. Obama asumió la presidencia justo en medio de la crisis financiera del 2007-2008. Esto es una situación que en general afecta negativamente los indicadores económicos de todo el primer período de Obama y del que no termina de empezar a recuperarse sino hasta el segundo. Trump hereda una economía en mejor forma que la que asumió su predecesor y esto en gran medida es fundamental para permitirle el emprender varias de sus políticas: EE.UU jamás habría podido entrar en una guerra comercial con China teniendo una economía en crisis y menos aún podría Trump haber introducido los recortes de impuestos que introdujo. Más aún, muchos economistas atribuyen en gran medida el crecimiento del índice de empleo que experimentó Trump en sus primeros dos años de ejercicio a la labor emprendida por el propio Obama. Entonces, aunque las políticas de ambos difieren, no es posible entender la situación del uno sin las decisiones del otro. Trump centró su política económica en reducir impuestos y estimular la economía. Esto causó dos cosas: un déficit de presupuesto federal (según the New York Times en 2020, EE.UU alcanzó un déficit de 1 billón de dólares en 2019 y 3.1 billones en 2020) y un boost económico tremendo durante el cual Trump presidió en un período de dos años en el cual Estados Unidos pasó de tener 145 millones empleados a 152 millones, aproximadamente (esto según datos de Factcheck.org). Más aún, sus dos primeros años mostraron baja inflación y un crecimiento del PIB robusto. Todo esto, sin embargo llega a su final abruptamente con el COVID-19. Esto en gran medida creó mucho descontento en Estados Unidos. Cómo el votante canalice ese descontento es lo que está por verse.

En cuanto a la apertura de la economía en medio de la pandemia vemos que ambos candidatos tienen visiones opuestas. Trump insta a abrir lo más pronto posible la economía y minimiza el impacto del Covid-19, mientras que Biden aboga por mantener la apertura con estrictos controles y realizar gran inversión social en bioseguridad. En un contexto en el que según diversas encuestas cada vez más estadounidenses son pesimistas acerca de la recuperación de la economía ¿qué podemos esperar de las políticas de ambos candidatos?

Biden, como podría esperarse de su partido, tiene una línea que prioriza el bienestar social por encima de la productividad económica. Sin embargo, el hecho es que este aspecto no puede desatenderse o sacrificarse por un período prolongado de tiempo. La economía requerirá reactivarse y es probable que mecanismos de estímulo estén dentro del arsenal de Biden para lidiar con la situación en que se encuentra la economía. De Trump ya sabemos que podemos esperar: su enfoque va a ser que las empresas puedan volver a trabajar al 100% tan pronto como sea posible y la razón es que sin eso, el esquema de políticas económicas que ha puesto en pie dejará de funcionar. Un presidente solo reduce impuestos si espera que con eso haya más inversión y más producción económica (así cobras menos porcentualmente pero lo compensas porque como se produce más estás tasando más en términos netos). Dicho en cristiano: dejas de cobrar un 15% y pasas a cobrar 10% con la expectativa de que en vez de un 15% de 10 millones de dólares, te lleves el 10% de 20 millones de dólares

¿Si Biden ganara, qué efectos podría traer un aumento en el pago de los impuestos por parte de la ciudadanía?

En la historia reciente de los Estados Unidos, suelen ser los republicanos los que promueven la reducción de impuestos mientras que los demócratas tienden a subirlos para sufragar programas que tienen algún tipo de beneficio para la sociedad (el caso de Obamacare por ejemplo). Dado que Biden tiene un Partido Demócrata con un importante segmento progresista (que de paso tiene más peso dentro del partido que el que tenía inclusive cuando Obama fue presidente) y visto que él mismo ha señalado que quiere no solo resguardar el ACA sino que además quisiera expandirlo; es probable que una administración Biden acabase subiendo los impuestos. Simplemente hay muchos indicios que nos llevan a pensar eso.

Precisamente, el Affordable Care Act (ACA) también conocido como “Obamacare” ha sido un tema de gran polémica desde la elección pasada, Trump ha dicho que quiere mejorarla y reemplazarla, pero no ha dado detalles al respecto. Joe Biden, por su parte, ha expresado que quiere proteger y expandir el ACA ¿Qué futuro tendrá este programa? ¿Es realmente sostenible?

Justamente el problema está en que republicanos y demócratas se preguntan cosas diferentes respecto al Obamacare. Mientras que Trump cuestiona precisamente que el programa sea sostenible, Biden y los demócratas se preocupan porque el programa, a su manera de ver, es necesario. Hay una gran diferencia allí porque por algo que es necesario, un gobierno con Biden al mando estaría dispuesto a comprometer los recursos que requiera el programa para funcionar. Trump ha llevado, de facto, el programa a un punto crítico al restarle fondos de manera deliberada.

En el sector laboral, Trump también ha planteado crear 10 millones de empleos en 10 meses y 1 millón de pequeños negocios trayendo empresas americanas al extranjero. Por su parte Biden plantea diversificar la economía “Made in America” e incrementar salarios y beneficios para los trabajadores ¿En su opinión son realmente alcanzables estos objetivos? ¿cuál podría ser más beneficiosa para la economía americana?

En China, durante los años 90 y también durante la década de los 2000 se lograron ese tipo de éxitos del que Trump habla. De que es posible, económicamente hablando, sí, en teoría lo es. En la práctica emergen muchas preguntas: ¿serán empleos de calidad? ¿cómo planea Trump llevar a cabo esta hazaña? En la creación y ejecución de políticas públicas, el problema está en los detalles y Trump no es muy bueno facilitándolos. Biden sí nos dice el cómo de una vez: subir salarios y beneficios, algo que va muy en la línea con lo que se esperaría de su partido. ¿Eso es positivo? Probablemente empresas que ya han experimentado un año difícil con el COVID-19 no estén muy felices teniendo que subir salarios y eso ocasione despidos, desempleo, etc, etc. En este punto, la verdad es que ambos la tienen muy difícil.

¿Cuáles serían entonces las perspectivas para los mercados financieros si ganara uno u otro candidato?

Realmente los mercados financieros tienen ya bastantes problemas, al margen de que gane uno u otro. La realidad es que quien esté en la Casa Blanca para el año que viene va a tener como desafío prioritario el reactivar la economía estadounidense, quiera o no.  Ahora, dicho eso, es interesante ver el cómo esto se haría (nuevamente, el problema está en los detalles). A inicios de octubre el periodista Mark Phillips publicó en el New York Times un artículo en el que daba dos posibles motivos por los que Wall Street reaccionaría favorablemente a una victoria de Biden: la primera es que Biden emerge como una figura mucho más predecible, moderada y menos caótica que Trump. La segunda es que de convertirse en presidente es muy probable que Biden ponga en marcha planes de estímulo para la economía que siempre son buenas noticias para Wall Street. Trump fue en gran medida favorecido por Wall Street luego de su victoria (de entrada cuando ganó el mercado de valores no colapsó y más bien operaciones como los futuros subieron). Pero el hecho es que Wall Street y en general el empresariado estadounidense ya obtuvieron lo que querían de Trump: sustanciales recortes fiscales.

Ahora, ante la propuesta del candidato Joe Biden de retirar los aranceles impuestos por Trump a China ¿qué podemos esperar? ¿Se le estaría dando ventaja a la economía asiática en el mercado internacional? ¿Beneficia realmente a la economía estadounidense mantener la guerra comercial?

Una guerra suele ser costosa para todos los implicados. Tanto Estados Unidos como China han experimentado su cuota de problemas y reveses  a raíz del conflicto comercial en que se encuentran desde que Trump puso en marcha sus políticas proteccionistas para con el gigante asiático. Aun así, la realidad es que con el COVID-19 el panorama cambia: mientras que Estados Unidos experimentó un severo retroceso económico, la economía china continuó creciendo a pesar de todo. Es decir, que el COVID-19 y sus repercusiones económicas le han causado un daño sustancial a EE.UU y la pregunta que el país tendría que hacerse es si están dispuestos a continuar añadiendo a esa racha las consecuencias de la guerra comercial con China. Ese conflicto comercial es una acción que efectivamente se convierte en el primer obstáculo serio que China ha tenido económicamente en décadas y en este sentido, es una jugada que de combinarse con otras acciones podría perfectamente ser parte de una estrategia a largo plazo para evitar que China supere a Estados Unidos como la principal economía del mundo. Pero es, naturalmente un camino que tiene sus costos y sacrificios en el presente y el futuro inmediato. Biden claramente piensa que tales sacrificios no valen la pena y por ello plantea retirar los aranceles. Al final, todo acaba dependiendo del hecho de que cada candidato tiene ideas diferentes acerca de cómo lidiar con China.

¿Y cómo planean lidiar con Venezuela? Si ganara Biden, ¿cómo procederían las sanciones impuestas a Venezuela bajo el mandato de Donald Trump? ¿Qué panorama se vislumbraría para el país suramericano?

Esto es interesante porque efectivamente con Trump, Estados Unidos asumió una política extremadamente asertiva hacia Venezuela y hacia el gobierno de Nicolás Maduro. La coalición de países que Estados Unidos consiguió ensamblar para respaldar a Juan Guaidó como presidente encargado y la presión que el gobierno de Trump puso durante el 2019 sobre el gobierno de Nicolás Maduro son cosas que con Obama habrían sido impensables y si Biden se parece a su predecesor demócrata, puede que su política para con Venezuela sea menos asertiva que la de Trump. Quizás para no perder el camino recorrido, Biden acabe estableciendo algún tipo de negociación con el gobierno de Nicolás Maduro en la cual pueda arrancarle alguna concesión políticamente importante. Lo problemático es que el gobierno de Maduro difícilmente negociará algo que comprometa su propia existencia o viabilidad.

Finalmente, ¿Cuáles serían las perspectivas en el corto plazo y mediano plazo para aquellos que persiguen el llamado «sueño americano» con cada uno de los candidatos?

Definamos el sueño americano: si por esta frase entendemos a la posibilidad real de que como ciudadano estadounidense tú puedas comprar por medios propios tu casa, tu carro, tener un empleo estable y capacidad de ahorro para que tu situación económica sea mejor que la de tus padres y que la de tus hijos sea mejor que la tuya; entonces el hecho es que en EE.UU tenemos un problema para alcanzarlo. Ese problema es la desigualdad socio-económica que siempre existe en una economía de mercado pero que en Estados Unidos está traduciéndose en una brecha cada vez más amplia entre los estratos más pudientes y el resto. Esto tiende a pasar en toda sociedad con un modelo económico de libre mercado. Lo que ocurre es que algunos países tienen más mecanismos para crear igualdad de oportunidades y suavizar los efectos en materia que genera el mercado. Estados Unidos es un país con pocos mecanismos de este tipo. Y con cada generación que llega, queda en evidencia que el poder adquisitivo del individuo promedio disminuye.

Mariano Puigvert